Los porqués de Manolito
Lo que no sepas lo preguntas. Lo que no entiendas lo preguntas. No hay que tener pudor ni vergüenza por preguntar
Lo que no sepas lo preguntas. Lo que no entiendas lo preguntas. No hay que tener pudor ni vergüenza por preguntar
–El profe había sido claro en el instituto. Lo que no sepas lo preguntas. Lo que no entiendas lo preguntas. No hay que tener pudor ni vergüenza por preguntar. ¿Entendido?
–Manolito asintió con la cabeza. Entendido.
Y al llegar a casa, comenzó a asaetear a su pobre padre que no daba crédito ante tal rosario de preguntas.
¿Por qué los mineros arriesgan su vida para conseguir un carbón que es más contaminante y más caro que el que se importa de otros países?
¿Por qué los americanos no espían hasta encontrar a los culpables de la crisis y así nos hacen un gran favor a todos?
¿Cómo se puede renegar de tu país como Diego Costa, jugador del Atlético de Madrid, solo por razones deportivas?
¿Por qué Estados Unidos pasa olímpicamente de las resoluciones de Naciones Unidas y no hacen caso de la resolución de 198 países a favor de levantar el embargo a Cuba?
¿Por qué la gente pone a parir a los ministros si van a León a los funerales de los mineros y los pone igualmente a parir si no van, qué tendrían que hacer entonces?
¿Por qué sigue la guerra en Siria, donde hay miles de personas que llevan ya muchos meses sin alimentos, electricidad o medicinas?
¿Por qué nadie cree al director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos cuando dice que los supuestos espionajes telefónicos son falsos?
¿Por qué si estamos en una crisis tan tremenda, los rusos se van a gastar 36.000 millones de euros en los juegos olímpicos de invierno en la ciudad de Sochi?
–Basta Manolito, déjame respirar, no me atosigues. Te respondo a todo. No lo sé, no lo entiendo. No entiendo nada. Estamos locos. Este mundo está loco.