En calzoncillos

Mientras Ronaldo daba los buenos días a los madrileños en gallumbos, Neymar grababa en Barcelona otra campaña de ropa interior

Hace unos meses, un neoyorkino pidió que se retirara una imagen publicitaria de Kate Moss colocada en una esquina de la Gran Manzana porque podía provocar accidentes de tráfico. La top, ataviada tan sólo con unas braguitas y unos zapatos de Stuart Weitzman, lucía tan sexy en lo alto de un edificio de Prince Street que la población corría serios riesgos ya fuera por esguince cervical o por despiste. A estas horas no tengo conocimiento de que la misma queja llegara hace tres días al Ayuntamiento de Madrid, donde un gigantesco Cristiano posando en calzoncillos ocupaba casi todo el vestíbulo. Ni tampoco por el uso de un espacio público para la exposición –15 metros medía la fotografía en cuestión– del cuerpo serrano del portugués. Por lo pronto, el consistorio ya ha hecho caja con el tema y los mismos que hace cuatro días se rasgaban las vestiduras viendo a la estatua de Colón vestida con una camiseta del Barça, hoy no dicen ni mú. Y el navegante no paraba la circulación, precisamente. Mientras Ronaldo daba los buenos días a los madrileños en gallumbos, Neymar grababa en Barcelona otra campaña de ropa interior de la marca con la que en su día ya tuvo una agria polémica con el colectivo homosexual. El brasileño limitó su posado al estudio fotográfico y a su cuenta de Instagram y la campaña no irá mucho más allá, por lo que Xavier Trías no se dará de bruces con la goma de su calzoncillo cuando abra la ventana del despacho ni tampoco ocasionará accidentes. Paradojas de la vida que dos estrellas del balompié posen a la par… y casi en pelotas.