THE OBJECTIVE
Víctor de la Serna

El islam y el periodista

Javier Espinosa no es cualquier periodista parachutado en medio de un conflicto remoto para enviar algunas crónicas vibrantes y sangrientas.

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El islam y el periodista

Javier Espinosa no es cualquier periodista parachutado en medio de un conflicto remoto para enviar algunas crónicas vibrantes y sangrientas.

Javier Espinosa no es cualquier periodista parachutado en medio de un conflicto remoto para enviar algunas crónicas vibrantes y sangrientas. Espinosa, al que no conozco personalmente más que por haberlo visto en alguna de sus escasas visitas a la Redacción de El Mundo, lleva muchos años viviendo y sufriendo con las gentes del lado peligroso del Mediterráneo, en Rabat, en Jerusalén y en Beirut. A pie de historia.

Con su mujer y con sus hijos, viviendo a unas horas del actual frente de la eterna contienda de Cercano Oriente, el de Siria. Sus crónicas rezuman conocimiento, comprensión, compasión. Como de él escribía hace días Enric González, lo suyo desde hace más de 20 años, desde que ya fuera secuestrado en África, ha sido «estar donde ocurre la noticia, observar, preguntar, comprender y relatar». Espinosa es la antítesis del occidental engreído y de espíritu apenas disimuladamente neocolonialista que llega allí para escribir a vuelapluma una historia de pueblos medievales enzarzados en matanzas de raíz atávica.

Pero el asunto es que Javier Espinosa lleva más de tres meses secuestrado –y sólo podemos esperar que siga secuestrado, y no algo peor– en manos de uno de los grupos que se enfrentan a la brutal dictadura siria. De esos grupos que no pueden tener ninguna queja de la información precisa y sensible de Espinosa. Pero es un grupo islamista, de la vertiente Al Qaeda y dizque incontrolables hasta para lo que queda del mando de la organización que fuese de Bin Laden. De esos grupos que, se vuelve a decir hoy, marcan la reconquista de Al Andalus como una prioridad esencial para los fieles.

Es para echarse a temblar, francamente: una religión que sigue en el siglo XXI tan intolerante, tan sanguinaria como otras lo fueron hace cinco siglos. Hasta que los supuestos moderados logren, si es que llega el día, dominar a los fanáticos, qué quieren que les diga, para mí, será el islam el que retiene injusta y brutalmente a Javier Espinosa.

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