La Santa Rusia
El Nuevo Orden Mundial empezó con el fin de la II Guerra Mundial y lo dirige Estados Unidos y sus esbirros británicos. Putin les ha dicho, con unas cuantas leyes, que se metan este orden diabólico por donde amargan los pepinos. Putin es mi héroe
El Nuevo Orden Mundial empezó con el fin de la II Guerra Mundial y lo dirige Estados Unidos y sus esbirros británicos. Putin les ha dicho, con unas cuantas leyes, que se metan este orden diabólico por donde amargan los pepinos. Putin es mi héroe
Cuando el 24 de Junio de 1941, Ramón Serrano Suñer, ministro del general Franco, dijo aquello de «¡Rusia es culpable!» y el Régimen envió a la División Azul a combatir el comunismo soviético en tierras de Leningrado, nadie podía imaginar que se producirían dos hechos sorprendentes.
El primero fue el heroísmo con que se batieron aquellos voluntarios -muchos, aunque no todos, falangistas- frente a fuerzas enemigas muy superiores en número y en capacidad de fuego, escribiendo una de las más brillantes gestas de la historia militar de España. Y en nuestra historia hay gestas militares heroicas como para llenar un libro más extenso que el Quijote. Vascos y catalanes han protagonizado un buen número de ellas, dicho sea por tocar las narices a Mas y a los proetarras.
El segundo hecho inimaginable aquel verano del 41 es que hoy, en los albores del siglo XXI, Rusia no es ya comunista. No sólo no es comunista sino que es la reserva espiritual de Occidente, como lo fue España cuando el honor no era todavía una palabra ultrajada. Putin ha puesto en marcha iniciativas legales que disgustan profundamente a los canallas capitalistas. «Canallas capitalistas» es una acertada definición de Chesterton quien, en 1917, acusaba a los socialistas y comunistas ingleses de ser demasiado blandos en sus calificativos hacia los usureros que desde entonces nos dominan. Decía este servidor de ustedes que Putin ha dispuesto, entre otras, las siguientes medidas para salvar a Rusia de la cultura de la muerte y la degeneración moral que el capitalismo-usura trae siempre consigo: ley que castiga con multas y prisión las ofensas contra los sentimientos religiosos; prohibición de que las parejas homosexuales adopten niños; condena de cárcel para las mercenarias del capitalismo llamadas «Pussy Riot» por gamberrismo motivado en el odio religioso; prohibición de la propaganda a favor de la homosexualidad; aprobación de una ley que prohibe los anuncios de abortos; incrementar la tasa de natalidad rusa en un 30% en 3 años; y celebrar el Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad en la misma fecha que la masónica U.E y los capitalistas useños -le robo el adjetivo al señor Moa- celebran lo del «orgullo gay». Naturalmente, los useños quieren boicotear las Olimpiadas de Invierno, claro, faltaría más, y utilizan a los chechenos con el dinero saudí.
Todo el mundo sabe que eso del Nuevo Orden Mundial empezó con el fin de la II Guerra Mundial y lo dirigen los Estados Unidos de América del Norte y sus esbirros británicos, con la inapreciable ayuda de los plutócratas de Bruselas. Bien. Pues Putin les ha dicho, con unas cuantas leyes, que se metan este orden diabólico por donde amargan los pepinos. Putin es, pues, señores, mi héroe.