#masgamonal
Los vecinos del barrio burgalés de Gamonal han conseguido que el Ayuntamiento de marcha atrás en el proyecto de construir un bulevar.
Los vecinos del barrio burgalés de Gamonal han conseguido que el Ayuntamiento de marcha atrás en el proyecto de construir un bulevar.
Los vecinos del barrio burgalés de Gamonal han conseguido que el Ayuntamiento dé marcha atrás en el proyecto de construir un bulevar. Desde éstas líneas yo defendí (hace una semana) que no se construyera dicho Bulevar. Gamonal puede estar diez años o toda la vida sin bulevar y hay otras prioridades que cubrir mucho más inmediatas como la financiación de una guardería que demandan los vecinos.
Dicho esto, la tentación de algunos de “montar una revolución social en Burgos” y que se extendiera por toda España de forma violenta, afortunadamente no ha cuajado, porque ni los Gamones, ni los Burgaleses somos violentos. La pretensión de algún vendido a una multinacional (a la que cobra una sustanciosa cantidad de dinero por “contar insidias y mentiras” entre otras lindezas y al que se le está terminando el chollo), de perseguir a ciudadanos de Burgos, tampoco.
Burgos es una ciudad seria, de gente seria, austera y comprometida con la ciudad. En Burgos, desde siempre, los vecinos hemos estado involucrados en las decisiones de la ciudad, desde las peñas, las organizaciones vecinales y los núcleos culturales. Ni somos violentos, ni pretendemos violencia en el resto de España. Gamonal ha sido la demostración práctica una vez más –no es la primera vez ni será la última que un barrio burgalés se opone a una construcción de determinadas obras y lo consigue- de que cuando no queremos algo, lo demostramos.
Con la paralización de las obras de Gamonal, en Burgos ya se han paralizados tres proyectos urbanísticos en los últimos diez años, que no eran populares en los barrios. De ahí a pretender que los violentos sean apoyados por la ciudadanía hay un gran trecho. Los propios vecinos, según un informe de la policía local, no solo no apoyaron a los violentos, sino que les pidieron que no hicieran bandera de la violencia, su democrática reivindicación.
Para terminar, resulta que el proyecto del Bulevar de Gamonal lo llevaban en sus programas electorales PP, PSOE e Izquierda Unida. Parece muy complicado pensar que una serie de promotores y constructores convencieran a grupos políticos tan dispares para hacer una obra pública. El linchamiento público de los mismos es para demandar ante los tribunales a los insidiosos, la persecución mediática (a la que muchos se han aficionado) es indigna de nuestra profesión, la periodística.
Cuando alguien cumple una condena, se supone que ha cumplido con la sociedad. Sorprendente que los etarras, asesinos a sangre fría, resulten “ciudadanos ejemplares” y que un constructor que no ha matado a nadie, no. Si hay irregularidad, hay que acudir a los tribunales, la Inquisición afortunadamente quedó atrás al igual que el ajusticiamiento en la plaza pública. El sentido común sigue siendo el menos común de los sentidos.