Vaya semanita, Obama
Michelle Obama da una fiesta para sus allegados en la que solicita que acudan con calzado cómodo para bailar y cenados de casa.
Michelle Obama da una fiesta para sus allegados en la que solicita que acudan con calzado cómodo para bailar y cenados de casa.
Michelle Obama da una fiesta para sus allegados en la que solicita que acudan con calzado cómodo para bailar y cenados de casa. Francamente, me alegro de no haber ido, pese a que Michi, como yo la llamo, me invitó. De hecho, Barack me insistió, pero como era por teléfono temía que nos estuvieran espiando, pese a no ser yo alto cargo alemán. Pero para eso, mira, Michelle, mejor me quedo en casa.
Qué austero es todo, últimamente, oiga. Deberíamos tomar ejemplo. Aquí todavía no hemos aprendido a controlar el gasto (ni la risa, si a eso vamos). Los vecinos del Gamonal quieren manifestarse y el Ayuntamiento de Burgos les deja servidos unos escombrillos para que unos cuantos alocados jovenzanos puedan arrojarlos por ahí. No hombre, no: se viene con el adoquín de casa, como la madre de la Yurena aquella. Zapatos cómodos parece que sí traían y el baile fue también hasta altas horas.
Y encima, al final había resopón en tu fiesta, Michelle. Me siento engañado, como la Merkel, que sí que la han espiado por ser alta carga (uy, perdón, esa es Bibiana Aído, en poética justicia). Podría haber epatado al burgués con mi duende y mi swing. Y encima, me entero tarde de que Obama fumaba marihuana cuando zagal.
Desde aquí os lo digo, pareja Obama: lleváis unos días imposibles. Que si Rajoy liderando, que si no te espío más, Ángela, que si me gusta el pipiribipipí, que si como mucho te invito a kikos, que ya puestos, dejadme que mande más soldados a Morón (léase moron en inglés, traducción al español, tontaina).
No sé, estoy hecho un lío, como decía aquel anuncio: no sé si llamar a fijo o a móvil, por la mañana o por la tarde. Total, lo que diga el espía este de aquí al lado, que me ha preguntado, para saber si tenía que poner la oreja: “¿Qué cargo?”, y he aprovechado y me lleva el maletín.