Derecho de pernada
Es curioso cómo este Gobierno de patanes que tenemos, gusta de apretarnos las tuercas de la manera más injusta y persistente. Está claro que la conciencia de España que tienen nuestros políticos de circo, es la de que el país es su cortijo.
Es curioso cómo este Gobierno de patanes que tenemos, gusta de apretarnos las tuercas de la manera más injusta y persistente. Está claro que la conciencia de España que tienen nuestros políticos de circo, es la de que el país es su cortijo.
Es curioso cómo este Gobierno de patanes que tenemos, gusta de apretarnos las tuercas de la manera más injusta y persistente. Está claro que la conciencia de España que tienen nuestros políticos de circo, es la de que el país es su cortijo; y sus pobres y pacientes habitantes, la masa humana amorfa a la que hay que tratar con mano dura para que no tomen conciencia de su poder.
Es así como asistimos al desmoronamiento de nuestra presunta democracia, de nuestros avances sociales, educativos, sanitarios o culturales, ante el asombro y la incredulidad de los asistentes a este circo.
Así que para “aflojar tensiones”, como quien no quiere la cosa y sacándose las leyes de la chistera, como suelen hacer estos del PP, el otro día la “portavoza” del Gº, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció la rebaja del iva en el “arte” del 21 al 10%, como antesala de venideras rebajas en el cine, los espectáculos, la música o los conciertos.
Parece una tomadura de pelo que las actividades culturales que consume el común de los mortales tenga un gravamen tan elevado, y que justo rebajen el que practica la élite social que maneja el pastel, como es el mercado del arte.
Pero para su conocimiento les diré que el mercado negro del arte mueve entre 4 y 6 mil millones de dólares al año de acuerdo a las estadísticas de organismos policiales, y que es el tercer “negocio” en volumen económico después del tráfico de armas y el de drogas.
En el entretanto, los que queremos asistir a conciertos en vivo, ir al cine o al teatro tenemos que continuar pagando el impuesto revolucionario del 21% para mayor gloria de nuestros estafadores gubernamentales, viendo cómo la oferta se sigue esfumando o deteriorando, dado que el gasto cada vez es más inasumible.
Lo que les decía señores: el derecho de pernada sigue vivo.
