En la Luna
Tras decenas de años desde que los rusos consiguieran liberar a los presos supervivientes de los campos de exterminio en Auschwitz hasta nuestros días, el mundo civilizado poco o nada ha aprendido.
Tras decenas de años desde que los rusos consiguieran liberar a los presos supervivientes de los campos de exterminio en Auschwitz hasta nuestros días, el mundo civilizado poco o nada ha aprendido.
Tras decenas de años desde que los rusos consiguieran liberar a los presos supervivientes de los campos de exterminio en Auschwitz hasta nuestros días, el mundo «civilizado» poco o nada ha aprendido.
Todos conocemos la imagen del horror que el ejército ruso se encontró en el campo de exterminio el 27 de enero de 1945, con miles de cadáveres vivientes que eran piel sobre huesos, los supervivientes a un régimen de exterminio en el que los nazis acabaron con la vida de más de 1.100.000 personas. Pero como antes decía, no hemos aprendido nada aún a pesar de los reiterados ejercicios de memoria que se hacen año tras año en los aniversarios de la liberación de los campos de concentración.
Pero donde entra en juego ya la vergonzante actualidad, es en que a día de hoy se mantiene en los campos de concentración de Guantánamo la misma práctica vejatoria e inhumana sobre las personas, donde los Estados Unidos de América y la garra de su aguilucho mantienen capturados desde 2001 a los presos resultantes de la invasión de Afganistán, tratados como a perros rabiosos enjaulados.
Amnistía Internacional calcula que el 80% de los detenidos están recluidos en régimen de aislamiento en el Campo 5, el Campo 6 o el Campo llamado «Eco». El Campo 6 se construyó para albergar a 178 detenidos. Es la instalación donde las condiciones son más severas. Los detenidos están confinados durante un mínimo de 22 horas al día en celdas individuales de acero sin ventanas al exterior.
Ahora que la huerta de verduras que el Instituto de Problemas Biomédicos de Rusia envió a la Estación Espacial Internacional ha germinado, con la intención futura de desarrollar un huerto en la Luna ya podemos prever dónde vamos a tener que huir de este mundo que agoniza.