THE OBJECTIVE
Raquel Sastre

Sin cobertura

¿Sabes ese momento en el que tienes que decir algo muy importante y no tienes cobertura? Pero importante de verdad, de llamada urgente necesaria. Tenemos tantas formas de comunicarnos, que consideramos cualquier mero detalle digno de mención.

Opinión
Comentarios
Sin cobertura

¿Sabes ese momento en el que tienes que decir algo muy importante y no tienes cobertura? Pero importante de verdad, de llamada urgente necesaria. Tenemos tantas formas de comunicarnos, que consideramos cualquier mero detalle digno de mención.

¿Sabes ese momento en el que tienes que decir algo muy importante y no tienes cobertura? Pero importante de verdad, de llamada urgente necesaria, de que te coma la impaciencia por no poder comunicarte, algo realmente importante como decirle a tu pareja que compre yogures que a ti se te ha olvidado.

Tenemos tantas formas de comunicarnos, que consideramos cualquier mero detalle digno de mención. Mi abuela me llama al fijo para contarme lo que ocurre en la película que está viendo. Mi hermano me telefonea al móvil para decirme que su hija ya hace pipí sola en el wc. Mis amigas me envían por Line sus estilismos para que les de mi visto bueno antes de que bajen a comprar el pan. Un día de estos, mi novio me va a avisar por SMS de que «él, ya», antes de que yo lo note.

Tenemos demasiada información. Es tan fácil para nosotros estar comunicados en cualquier parte del mundo, que ahora te alquilan por un dineral cabañas rurales sin cobertura para que desconectes un rato.

Nos estamos pasando. Las parejas tienen más discusiones por culpa de algo que ocurre en whatsapp que por la aparición de pequeñas verrugas en sus genitales. Quien dijo que «la información es poder» no completó la frase: «la información es poder tocar los huevos, y que te los toquen».

Antes se vivía mejor. Antes quedabas con los colegas en el bar de siempre, a la hora de siempre, y nadie llegaba tarde, porque si no llegabas a la hora no había cojones a localizar al resto luego. Los móviles e Internet nos han traído el mal: nos han vuelto cotillas 24 horas al día, nos han dado carta blanca para retrasarnos… hasta nos han hecho adictos al Candy Crush. Pero lo que no le perdono a la cobertura de hoy, es que «gracias a ella» acabo viendo la portada de La Razón todos los días. Basta ya.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D