THE OBJECTIVE
Jesus H. Cifuentes

Con nuestro pan se lo comen

“Se me caen los palos del sombrajo”. Esta es la cara de bobo que define mi perplejidad con lo que está pasando de nuevo en la SGAE, la comunidad que defiende los derechos de los creadores de este país de “arte, saber y toros”.

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Con nuestro pan se lo comen

“Se me caen los palos del sombrajo”. Esta es la cara de bobo que define mi perplejidad con lo que está pasando de nuevo en la SGAE, la comunidad que defiende los derechos de los creadores de este país de “arte, saber y toros”.

“Se me caen los palos del sombrajo”. Esta es la cara de bobo que define mi perplejidad con lo que está pasando de nuevo en la SGAE, la comunidad que defiende los derechos de los creadores de este país de “arte, saber y toros”.

Al que fue su presidente, e imputado por los delitos de apropiación indebida, administración fraudulenta y otro societario según la Audiencia Nacional, por un presunto desvío de fondos, con toda la parafernalia de la Guardia Civil registrando los despachos de la ostentosa sede y deteniendo al capo, ahora le asignan una pensión vitalicia de 23.000€ mensuales desde los juzgados, dado que el “contrato blindado” con el que se protegió en su día, con el consentimiento de los 38 miembros de la que entonces era la junta directiva de la entidad, el Juzgado de Primera Instancia número 9 ha desestimado las alegaciones de la aseguradora Vidacaixa y la SGAE ya que ha recordado que existió un contrato especial de alta dirección entre la entidad y Bautista, en el que se recogían una serie de “prestaciones” sociales a su favor. Con su pan se lo comen, ya saben.

Esta es la realidad. La realidad de los corderos que tienen al lobo vigilando, pero que no se ciñe exclusivamente a este caso, tan sonado por el odio social que la SGAE ha sido capaz de generar ante la opinión pública, dada su nefasta gestión del concepto “creador”, sino que es lo común en la empresa privada en el entorno de los altos ejecutivos, protegidos por ese blindaje del que la dignidad y la decencia son conceptos de los que se ríen en sus putiferios.

Hay un largo y deprimente listado de honorarios indecentes con los que se remunera a los altos cargos de la banca, y a todo ese elenco de políticos que cuando se “jubilan”, pasan a ser directivos de la empresa privada.

Por favor. No escribáis más vuestras “memorias”. Queremos olvidarlas!!!!

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