Ignorancia deliberada
No se trata del título de la telenovela de moda. Vivir en Miami me ha cambiado en muchas cosas pero todavía no han logrado que me enganche a los seriales de Telemundo o Univision, donde me enteré el otro día que van a estrena una versión del bodrio Ana y los 7.
No se trata del título de la telenovela de moda. Vivir en Miami me ha cambiado en muchas cosas pero todavía no han logrado que me enganche a los seriales de Telemundo o Univision, donde me enteré el otro día que van a estrena una versión del bodrio Ana y los 7.
No se trata del título de la telenovela de moda. Vivir en Miami me ha cambiado en muchas cosas pero todavía no han logrado que me enganche a los seriales de Telemundo o Univision, donde me enteré el otro día que van a estrenar una versión del bodrio “Ana y los 7” bajo el nombre de “Mi corazón es tuyo”. Así demuestra Ana Obregón que es una mujer de su tiempo y que sabe exportar valores intelectuales y llevar bien alta la marca España. No como otras.
La ignorancia deliberada es la doctrina del Tribunal Supremo con la que el juez Castro intenta “empurar” a Cristina, la ex hija de rey, hoy hermana de rey. Castro prefiere dejar el argumento de “yo no sabía nada” y son “cosas de mi marido” para los culebrones y no se ha tragado ni una palabra de las escasas explicaciones de la esposa de Iñaki Undargarín.
Los platós y los juzgados son un clásico escenario de la ignorancia deliberada de cierto tipo de mujer española. Ana Mato ignoraba de donde salió el jaguar que resplandecía en el garaje y quién pagaba el confeti y los payasos de las fiestas infantiles, la Pantoja cambió el pollo por los percebes también ignorante de los tejemanejes de su novio bigotudo, quizás porque era el servicio quien sacaba las bolsas de basura en su residencia.
Afortunadamente, a España –como decía Alfonso Guerra- no la conoce ni la madre que la parió en el cambio de roles de la mujer en el hogar. Casi ningún español casado, liado o arrejuntado puede tragarse la excusa de la ignorancia en pareja. A las mujeres les quedan muchas batallas por ganar aún –como la de la equiparación de salarios- pero ¿ignorantes? Ni aunque se lo propongan. Cristina no se la coló al juez Castro pero a nosotros tampoco. ¿Para cuándo la telenovela? Por favor Telecinco, ni lo intentes.