El gen secreto
Pues resulta que al comparar secuencias de ADN con humanos arcaicos se descubre que algunos segmentos de genes tibetanos coinciden con el de un tipo de homínido llamado Denisovan, que compartía un ancestro común con neandertales.
Pues resulta que al comparar secuencias de ADN con humanos arcaicos se descubre que algunos segmentos de genes tibetanos coinciden con el de un tipo de homínido llamado Denisovan, que compartía un ancestro común con neandertales.
El proyecto 1000 Genomas revela que no se puede encontrar una sola persona viva que tenga el mismo código genético que otra, pero ¿y si lo comparamos con humanos no vivos? Pues resulta que al comparar secuencias de ADN con humanos arcaicos se descubre que algunos segmentos de genes tibetanos coinciden con el de un tipo de homínido llamado Denisovan, que compartía un ancestro común con neandertales. Más concretamente, quiere decir que en algún momento hace 40.000 años se aparearon nuestros ancestros de distintas especies, dando como resultado una mutación en el genoma de esos descendientes, los actuales tibetanos, que heredaron un gen especial. Este gen «superatleta» es el que ayuda a los sherpas y otros tibetanos a poder respirar a altitudes superiores a los 4.500 metros, donde el suministro de oxígeno es tan limitado que resulta imposible la adaptación para el resto de los humanos, causando enfermedades, desvanecimientos e incluso la muerte. Gracias a su peculiaridad genética, el gen ayuda a los tibetanos a usar menos cantidades de oxígeno, regulando la producción de hemoglobina.
El genetista Rasmus Nielsen de la Universidad de California, que publica este descubrimiento en la revista Nature, observa que no solo los tibetanos tienen este poderoso gen sino que también lo posee el enigmático pueblo de Papua Nueva Guinea, siendo además el pueblo con el nivel más alto de ADN Denisovan-neandertal en la actualidad (alrededor del 5 por 100 de su genoma)
Este descubrimiento revela que el mestizaje no solo favorece la diversidad biológica sino que los resultados demuestran por primera vez en la historia que el apareamiento con otros grupos es una importante fuente de genes beneficiosos en la evolución humana y que los humanos se adaptaron a los nuevos entornos gracias al intercambio de genes obtenidos de otras especies humanas al mezclarse con ellas.
Una vez que se puede afirmar que la evolución puede provenir de genes prestados no ya por otras etnias sino incluso por otras especies de Homo, me pregunto si será suficiente argumento para acabar con el odio interétnico y el racismo.