El huerto de Artur Mas
Digamos que el President quiso llevarse a todos al huerto pero acabó metido en un jardín. De ese laberinto ya hay algunos que empiezan a salir por patas. Pero ya no hay marcha atrás. Tal vez ha elegido morir como jardinero con las Hunter puestas.
Digamos que el President quiso llevarse a todos al huerto pero acabó metido en un jardín. De ese laberinto ya hay algunos que empiezan a salir por patas. Pero ya no hay marcha atrás. Tal vez ha elegido morir como jardinero con las Hunter puestas.
Montar un invernadero en Marte. Puede parecer imposible, pero ya hay científicos trabajando en ello por si en algún momento alguien se decide a colonizar el planeta rojo.
De invernaderos sabe mucho Artur Mas, que lleva meses intentando montar el suyo en Cataluña. Empezó creando un clima adecuado y quiso aprovechar el tirón de aquella diada en la que decidió subirse definitivamente al carro del independentismo.
Abonó los ánimos de los separatistas proponiendo una consulta que, de momento, sigue siendo ilegal. Y para regar este cúmulo de despropósitos nada mejor que el dinero público. Dinero que le ha servido para alimentar todo tipo de plataformas y asociaciones que apoyen la causa.
Digamos que el President quiso llevarse a todos al huerto pero acabó metido en un jardín. De ese laberinto ya hay algunos que empiezan a salir por patas.
El primero ha sido Durán i Lleida, el hombre que nunca se va del todo pero al que le encanta anunciar que lo deja. Su marcha debilita y mucho al “jardinero” Artur Mas de cara a su cita más importante: la que tendrá en próximas fechas con el “capataz” Mariano Rajoy. Ante él defenderá su idea del invernadero catalán aunque con pocas esperanzas de conseguir su aprobación.
Pero ya no hay marcha atrás. Al President sólo le queda seguir tensando la cuerda hasta el final. Ya ha perdido su fuerza electoral y sabe que una nueva cita con las urnas le pondría en evidencia y le desterraría de la vida pública. Tal vez ha elegido morir como jardinero con las Hunter puestas.