Contra Hamás
Hamás es una organización terrorista que ha cometido centenares de atentados desde principios de los 90 contra la población israelí. Ha creado el caos dentro de su casa por las luchas intestinas con la AP, provocando la ingobernabilidad en la región.
Hamás es una organización terrorista que ha cometido centenares de atentados desde principios de los 90 contra la población israelí. Ha creado el caos dentro de su casa por las luchas intestinas con la AP, provocando la ingobernabilidad en la región.
Hamás es una organización terrorista que ha cometido centenares de atentados desde principios de los 90 contra la población israelí. Ha creado el caos dentro de su casa por las luchas intestinas con la AP, provocando la ingobernabilidad en la región. Su objetivo nunca ha sido el bienestar y la prosperidad de los habitantes de Gaza, sino la implantación de la sharia y la destrucción de los judíos y el estado de Israel. Desde que llegó al gobierno de la región en 2007, la ley islámica asfixia a los ciudadanos: las mujeres sufren estrictos códigos en cuanto al vestir, no pueden viajar en el asiento trasero de una moto con un hombre, ni fumar shisha en público, ni bailar; se prohíben libros, conciertos, bares; se pretende instaurar la nueva ley con la cual latigazos, amputaciones y crucifixiones serán los nuevos castigos. Ha transformado Gaza en Hamastán.
La Carta Fundacional de Hamás es un texto aterrador, un Mein Kampf pasado por la podredumbre nauseabunda del islamismo radical. Ya en la ‘Introducción’ se dice que “Nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria (…) Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado.” En el ‘Articulo 7’ se adhieren a las palabras del profeta: “El Día del Juicio Final no vendrá hasta que los musulmanes cerquen con la lucha a los Judíos hasta matarlos. Entonces, los Judíos se esconderán detrás de las rocas y los árboles y las rocas y los árboles gritarán: ‘¡Oh musulmán, hay un Judío escondido detrás de mí, ven y mátalo’.” Es un texto delirante saturado de racismo y odio, muchas veces grotesco y ridículo —con varias menciones a las conspiraciones judeo-masónicos o a los protocolos de los sabios de Sion—, pero siempre con el objetivo claro de la destrucción del pueblo de Israel y la clara imposibilidad de llegar a un acuerdo: “No hay solución para la cuestión palestina si no es a través de la Yihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales son todas una pérdida de tiempo y empresas vanas.” (Artículo 13).
En esta triste y cruenta guerra global contra el terrorismo, estos son los contrincantes e Israel es la primera línea de defensa, la primera barricada en salvaguardia de la democracia liberal y de la civilización occidental contra la opresión y la barbarie del islamismo radical.