Merecen otra oportunidad
La mitad de los divorciados encuestados en Estados Unidos confiesan tener dudas sobre la decisión que tomaron y a un 42% le gustaría tener una segunda oportunidad para reconstruir la relación que rompieron…
La mitad de los divorciados encuestados en Estados Unidos confiesan tener dudas sobre la decisión que tomaron y a un 42% le gustaría tener una segunda oportunidad para reconstruir la relación que rompieron…
La mitad de los divorciados encuestados en Estados Unidos confiesan tener dudas sobre la decisión que tomaron y a un 42% le gustaría tener una segunda oportunidad para reconstruir la relación que rompieron…
El tiempo absurdo de lo progre caducó hace varios años y las promesas de una felicidad fácil y cómoda han sido un multiplicador de desgraciados. Todos tenemos derecho a comenzar de nuevo porque el verdadero éxito se construye ascendiendo por una escalera cuyos peldaños son nuestros fracasos. El amor es sufrir y perdonar y todo lo que entregas por amor la vida te lo devuelve con creces. Todos necesitamos que nos perdonen y, si somos sinceros, debemos reconocer que somos mendigos de nuevas oportunidades.
En todas las culturas el matrimonio se ha protegido por su inmensa capacidad para fundamentar la sociedad y por ser lugar ideal para dar hogar a la vida. Cada religión ha volcado todo su misterio creando sus mejores ritos para sacralizar el amor humano. Cuando un hombre y una mujer se declaran amor eterno mediante besos que nunca se olvidan, cuando nos entregamos con todo el alma, quedamos grabados por un misterio que siempre nos acompaña, porque todo el cielo se acerca cuando un hombre y una mujer se aman con todas las consecuencias.
Nuestra sociedad no es más feliz por haber facilitado romper las más sagradas promesas; nuestras familias deshechas no resuelven los problemas y los hijos que viven traumas que no comprenden sufren lo indecible. Se aceleran las decisiones evitando una meditación imprescindible: hacer balanza y calcular las consecuencias.
El mundo occidental sufre una crisis moral que se manifiesta con toda lógica en la destrucción de la institución familiar y en una bajísima natalidad. Sentenció Cicerón que el declive de Roma comenzó cuando se facilitó la ruptura de los matrimonios… Esto basta para que los legisladores favorezcan la reflexión antes que un divorcio express, porque los que un día quisieron amarse para siempre, merecen otra oportunidad.
