El peluquero
Esa mirada del tejón, resulta aún más triste por la oscuridad del antifaz de rebeco que lleva puesto mientras de noche sale a cortar la hierba con una delicadeza que nosotros, remediadores de problemas a lo bruto, desconocemos.
Esa mirada del tejón, resulta aún más triste por la oscuridad del antifaz de rebeco que lleva puesto mientras de noche sale a cortar la hierba con una delicadeza que nosotros, remediadores de problemas a lo bruto, desconocemos.
Al contrario del jabalí, que al hozar con la jeta para buscar lombrices levanta el pasto como un peluquín de hierba; el tejón sin embargo, cuando busca miñocas, es delicado como un peluquero, al cortar la hierba dejando unos mechones verdes clareándose a la luz de la luna.
Puedes vivir cien años en el campo junto a un cado, la madriguera milenaria de un tejón, que a lo peor no te lo encuentras en la vida más que una vez caminando de noche por la cuneta. De los carnívoros, es el único al que podríamos alcanzar si corriéramos tras él pues tiene un galopar tan torpe que da pena, aunque sobre la nieve deje huellas de plantígrado parecidas a las de un oso.
Hace tanto calor estas noches que las vacas duermen a la intemperie y no es raro que el jabalí, o el tejón, tan nocherniegos, se relacionen con ellas. La noticia que nos ocupa se refiere precisamente a la manera en la que puede incidir la vida silvestre en la tuberculosis bovina que se quiere erradicar, al ser estos animales reservorios de la enfermedad, al igual que es hospedador el ganado, y nosotros mismos.
Pero, claro, han ido por el camino más fácil que es reducir la población de tejones. Mil pretenden eliminar este año en el Reino Unido, como ya hicieran con 1800 tejones (Meles meles) el año pasado.
Esa mirada del tejón, resulta aún más triste por la oscuridad del antifaz de rebeco que lleva puesto mientras de noche sale a cortar la hierba con una delicadeza que nosotros, remediadores de problemas a lo bruto, desconocemos.