Six Pack
Por el piso queda la teoría con la que viven engañados un buen porcentaje de la población. Cuánto más ejercicio hagamos menos ganas de beber alcohol tenemos. Eso quisiéramos. Pero no.
Por el piso queda la teoría con la que viven engañados un buen porcentaje de la población. Cuánto más ejercicio hagamos menos ganas de beber alcohol tenemos. Eso quisiéramos. Pero no.
Por el piso queda la teoría con la que viven engañados un buen porcentaje de la población. Cuánto más ejercicio hagamos menos ganas de beber alcohol tenemos. Eso quisiéramos. Pero no. Parece que luego de una sesión de cardio , la mayoría de los militantes del gimnasio busca otra jornada más divertida en los bares y restaurantes. Si para rematar la clase ha sido de zumba, hip hop o salsa, los motores estarán prendidos para la marcha y a disposición de la noche. Suele suceder. Pero el que peca y reza empata, dice el dicho.
Hay quienes se premian por cada gota de sudor derramada en la bicicleta elíptica. Mientras más fuerte sea el entrenamiento, con más derecho se sienten de compensarlo y de emitir a continuación bonos gastronómicos a corto plazo. Resulta ser un alivio. Hay para todos los gustos. Desde el ejemplar que justifica el postre diario por trabajo realizado en la cama de pilates hasta el que prefiere un par cañitas como premio de consolación antes de llegar a casa para calmar la sed después de la caminata por el barrio. Los matices pueden variar.
Una barra de chocolate jamás atentará contra la vida de nadie. Es una gran recompensa. Puedo asegurarlo. Lo que si atenta contra la felicidad, tan necesaria para la subsistencia, es la obsesión por los abdominales y sus respectivas víctimas. A pesar de su inquebrantable disciplina, he visto caer a los más rigurosos ante una copa de vino blanco. O dos y tres también. Para luego aceptar que han debido empezar la noche con una copa tamaño XL de gin tonic. Además con poca tónica por aquello de las calorías.
El ser humano necesita rutinas. Las deportivas resultan tener una cantidad considerable de seguidores. Para fortuna de todos existe el ejercicio físico y su infinito universo de posibilidades. Sin embargo hay claras evidencias de adictos al cuerpo perfecto a los que una dosis de gozo ingerido en porciones y cantidades decorosas les vendría muy bien. Dejar a un lado el six pack, el sixpack selfie para darle de vez en cuando la bienvenida a un placentero y refrescante six pack cerveza es la cuestión.