La droga y el PIB
El PIB ha engordado en 26.000 millones al contabilizar la droga y la prostitución. Cuando se abandonan los principios y solo importa la economía, todo suma.
El PIB ha engordado en 26.000 millones al contabilizar la droga y la prostitución. Cuando se abandonan los principios y solo importa la economía, todo suma.
El PIB ha engordado en 26.000 millones al contabilizar la droga y la prostitución. Cuando se abandonan los principios y solo importa la economía, todo suma. El Gobierno ha perdido el norte porque a base de repetir que lo importante era arreglar la economía ha olvidado que los números solo pueden cuadrar cuando todo lo demás también ha sido ordenado…
El problema de quienes reducen la política a economía renunciando a defender valores y principios es que sufren de los mismos prejuicios materialistas que los socialistas y, por eso, reduciendo todos nuestros inmensos misterios a puro materialismo, acaban por olvidar que somos personas. Ahora, menoscabar la dignidad de la mujer o ver morir a nuestros jóvenes intoxicados por la falsa felicidad de la química es un motivo de orgullo, porque todo ello produce unos miles de millones de euros al año que ni sabemos cómo han calculado.
La economía sin las referencias correctas de la antropología es como la falsa religión de una secta, y su fruto es un disparate al servicio del poder, es decir, pura corrupción. No se puede salir de la crisis sin abordar las causas: engordar nuestro PIB con nuestros subproductos no nos traerá mayor prosperidad, sino que servirá para justificar enjuagues de una macroeconomía que nos hace miserables también desde el punto de vista moral. En el fondo es lógico, el PIB ya era una estafa y ciertas agrupaciones de hipócritas siguen defendiendo el aumento del endeudamiento en relación al PIB, porque esa es la verdadera adicción de nuestros socialistas.