Héroes

Muchas de estas «cobayas» humanas han sufrido esta epidemia como espectadores, han visto como amigos, compañeros o incluso familiares han caído ante las garras del ébola en Africa.

Leo que en Reino Unido 60 voluntarios se han inyectado parte del virus del ébola para así lograr una vacuna que frene su rápida propagación y pienso, ‘ole sus huevos’.

Muchas de estas «cobayas» humanas han sufrido esta epidemia como espectadores, han visto como amigos, compañeros o incluso familiares han caído ante las garras del ébola en Africa. Lejos de quedarse con los brazos cruzados han decidido coger el toro por los cuernos y colaborar en la guerra contra esta letal enfermedad.

Por otro lado, se ha confirmado este fin de semana el segundo contagio de ébola en el mundo occidental, esta vez en Estados Unidos. Una enfermera que ayudó a cuidar de Thomas Eric Duncan fallecido la semana pasada.

Mientras tanto en nuestro país, donde se confirmó el primer contagio, Teresa  la auxiliar de enfermería infectada permanece ingresada en el Carlos III intentando sobrevivir a la epidemia y ajena, en parte o no, a toda la polémica que la rodea.

Las dos mujeres tienen algo en común, ayudaron a dos enfermos sin importarles los riesgos, porque ése es su trabajo. Da igual si es ébola, sarampión o un simple catarro de otoño, ellas ejercieron su profesión acatando el protocolo adecuado para situaciones como ésta. Ellas ya estaban luchando contra el ébola desde hace tiempo antes de sufrirlo en primera persona.

Gracias a ellas, como a los voluntarios y profesionales sanitarios, el peor de los casos que imaginamos cada uno en nuestras cabezas parece que está aún lejos. Aquellos que se empeñen en echar la culpa a algún «error humano» o a criticar el modo en el que trabajan debería morderse la lengua y hacer autocrítica porque lo cierto es que todas estas personas no ha dudado en ponerse en primera fila en la dura batalla. Ellos son los verdaderos héroes.