No pienses en ti

Tan difícil todo que al final no te queda más remedio que cumplir con aquello que anunciaste, no vaya a ser que a todo esto se sume la cobardía, que no deja de estar presente en cualquiera de los supuestos.

Qué difícil es escribir de este asunto sin haber estado nunca en una situación límite como la de Brtittany. Se mezclan sentimientos de toda clase: los religiosos, porque tu no eres quién para decidir poner fin a una vida que un Dios mayor te dio; los sociales, por el qué dirán aquellos que no sufren; el egoísmo, porque primas tu “bienestar” en contra de las emociones de quienes te rodean. Tan difícil todo que al final no te queda más remedio que cumplir con aquello que anunciaste, no vaya a ser que a todo esto se sume la cobardía, que no deja de estar presente en cualquiera de los supuestos.

Sufrir un cáncer es jodido, durante el proceso de la enfermedad y las consecuencias si lo superas. No sólo o sufres tu, quienes te rodean también. O más. Y lo sé por experiencia: tuve un cáncer de riñón a los dos años de edad. Me acuerdo de todo, de lo bueno y lo menos bueno, aunque no es el momento de contar tantas cosas. Pero deja una huella imborrable en tu personalidad: el trauma. Recuerdo que tuve una novieta de adolescencia que me reprochaba el que siempre hablase del tema. Pues sí, hija, es una forma de exorcizar demonios personales y también de aprender a convivir con un cuerpo que la enfermedad te ha dejado hecho una mierda. Pero mira, 45 años después, sigo aquí.

No sería el caso de Brittany, a quien la esperanza de vida no le daba oportunidad. Hace unos días leía declaraciones suyas diciendo que aún no era el momento, que disfrutaba y reía con su familia. Y de repente se fue. No la culpo, faltaría más. Que levante la mano el primero que no ha pensado en algún momento quitarse de enmedio y quedar eternamente relajado. No voy a cuestionar las razones de esta chica, arrancando una vida que por otro lado se la frenaban, pero si me llegase el caso consumiría hasta el último segundo de oxígeno, sonrisas, besos y abrazos que la vida me da. Si optase por la opción de saltar al vacío sería porque algo en mi cabeza ya no funcionaba como debía y resultaba más dañino que agradable.

No pienses en ti, tienes mucho alrededor.