Un deporte de hombres
Ojalá hubiera más mujeres como esta joven, que traten de abrir los ojos a su sociedad ante este tipo leyes, por llamarlas de alguna manera.
Ojalá hubiera más mujeres como esta joven, que traten de abrir los ojos a su sociedad ante este tipo leyes, por llamarlas de alguna manera.
Cuando en ocasiones nos ‘atrevemos’ a juzgar algunas de las costumbre o ideas de otra cultura, mucha gente se encarga de recordarnos que ‘somos diferentes’, ‘hay que respetarlo’… pero cuando día sí, día también, se pisan los Derechos Humanos, creo que es el momento de alzar la voz.
Ghoncheh Ghavami decidió acudir con otras chicas a un partido de voleibol masculino. Su intención era la de protestar contra la ley que existe en Irán, que prohíbe a las mujeres asistir a eventos deportivos en los que los jugadores, como en este caso, sean hombres.
Más allá del juicio que podamos hacer sobre lo insostenible y surrealista de esta prohibición, lo más preocupante es la consecuencia del acto que llevó a cabo Ghavami: ha sido sentenciada a un año de prisión.
Y yo que creía que una de las virtudes del deporte era la de unir a las personas, sin importar raza, sexo o condición. Eso mismo pensaría Ghoncheh Ghavami, una chica de veinticinco años, con doble nacionalidad, británica e iraní y licenciada en Derecho. Parece una utopía por desgracia tratar de cambiar unas leyes que distan mucho de ser lógicas y mucho menos respetuosas con cualquier tipo de derecho.
Ha sido declarada culpable de ‘propaganda contra el sistema’; como si no se hiciera suficiente propaganda contraria el propio ‘sistema’ sólo con el mero hecho de existir bajo esos términos. Ojalá hubiera más mujeres como esta joven, que traten de abrir los ojos a su sociedad ante este tipo ‘leyes’, por llamarlas de alguna manera.