Aliyah
El pueblo judío ha sido un históricamente un pueblo perseguido en Europa. El antisemitismo presenta un origen religioso aunque, con el paso de los siglos, se ha reconvertido en un odio de carácter eminentemente racial en el que los judíos han pasado a encarnar todos los males de las sociedades en las que habitan.
El pueblo judío ha sido un históricamente un pueblo perseguido en Europa. El antisemitismo presenta un origen religioso aunque, con el paso de los siglos, se ha reconvertido en un odio de carácter eminentemente racial en el que los judíos han pasado a encarnar todos los males de las sociedades en las que habitan.
El pueblo judío ha sido un históricamente un pueblo perseguido en Europa. El antisemitismo presenta un origen religioso aunque, con el paso de los siglos, se ha reconvertido en un odio de carácter eminentemente racial en el que los judíos han pasado a encarnar todos los males de las sociedades en las que habitan. Por citar algunos de los ejemplos históricos de acciones antisemitas en diversos países europeos podemos referirnos a las cruzadas en Francia e Inglaterra en la Edad Media, la expulsión de judíos en la España de 1492 o el Holocausto nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de los países europeos pronunciaron un mea culpa y propugnaron un marco de convivencia común. Sin embargo, parece que el sentimiento antisemita ha vuelto a renacer en Europa. Los últimos atentados islamistas a un comercio de productos judíos cerca de París y el ataque a una sinagoga en Copenhague así lo ponen de manifiesto. Pero existen muchos otros incidentes, con una menor transcendencia mediática, que refuerzan esta hipótesis. Un ejemplo concreto es la profanación de tumbas en un cementerio judío localizado en Sarre-Union (Alsacia), al noreste de Francia, hace unos días. Este ataque vandálico no es el primero registrado en este cementerio, donde ya hubo dos precedentes recientes, en los años 1988 y 2001.
Actualmente se estima la población judía total en el mundo en unos 15 millones de personas, lo que representa una minoría de sólo el 0,2% de la población mundial. La mayoría de judíos (80%) reside en Israel (6,3 millones) y EEUU (5,7 millones). El 20% restante vive esparcido formando claras minorías en más de 130 países. A nivel de Europa, la comunidad judía francesa es la más representativa, con más de 550.000 personas.
Francia es el ejemplo paradigmático que muestra una tendencia acelerada al alza de movimientos antisemita por parte tanto de grupos de islamismo radical como por ciertos sectores de la extrema derecha. Sólo en el año 2014se registraron 851 actos antisemitas, más del doble que el año anterior y del orden de unas 7 veces superior a las que se producían en los años 90. Según un informe del Servicio de Protección de la Comunidad Judía de ese país (SPCJ), el 40% de los incidentes racistas registrados se concentran en la población judía, la cual representa sólo el 1% de la población total. Ante esta situación el gobierno francés ha decidido reforzar la seguridad sobre este colectivo vulnerable con la presencia permanente e ininterrumpida de militares en sinagogas y escuelas judías.
Un grupo cada vez más numeroso de judíos franceses ha iniciado el repliegue por razones de seguridad. La emigración de judíos a Israel (“aliyah”) se cuantificó en el año 2014 en más de 7.200 personas, más del doble que el año anterior (3.400). Se prevé que los recientes atentados de París y Copenhague incrementen exponencialmente el número de retornados, más aún tras el llamamiento de Netanyahu en el que invitaba a los judíos europeos a su vuelta a casa. Sin embargo, las críticas a estas palabras por parte de diversos mandatarios no se han hecho esperar, acusando al primer ministro hebreo de intentar atraer únicamente el dinero de estos emigrantes y de ceder ante el triunfo del terror.
