No somos números

Recuerda que siempre hay dos caminos: puedes HACER y ocuparte por lo que está en tus manos controlar, o puedes ESPERAR, fastidiarte y preocuparte por lo que no depende de ti.

A lo largo del día nos cruzamos con multitud de personas desconocidas, y tratamos con muchas de ellas. El conductor del autobús, el empleado de la tienda, la chica de la cafetería, la recepcionista de la oficina… Están prestando un servicio o simplemente de camino a algún lugar.

Tantas, tantas personas que a menudo dejamos de ver como tales. Y no se lo merecen. Como los trates a ellos te tratas a ti. Si les sonríes, sonreirán. Si les tratas como a un número, como a una máquina, como a un servicio, como a alguien sin importancia; así te tratarán.

Pregúntales su nombre, sé amable, trátalos como te gusta que te traten. A veces no te responderán afablemente (son demasiadas ya las ocasiones en las que no se les ha tratado con respeto), pero no dejes de hacerlo, funciona.

Recuerda que siempre hay dos caminos: puedes HACER y ocuparte por lo que está en tus manos controlar, o puedes ESPERAR, fastidiarte y preocuparte por lo que no depende de ti. 

Sabes a lo que me refiero. Conoces perfectamente el poder de una palabra amable y de una sonrisa. Sabes que muchas veces el mundo -tu mundo, mi mundo- se cambia con un abrazo.