¿Los Oscars del cambio?

Algo tiene que cambiar en Hollywood. Algo tiene que evolucionar, no es un rumor, es lo que se comenta en círculos cerrados y en algunas oficinas de importantes directores y productores.

Algo tiene que cambiar en Hollywood. Algo tiene que evolucionar, no es un rumor, es lo que se comenta en círculos cerrados y en algunas oficinas de importantes directores y productores. Los Oscars a Iñárritu y al Gran Hotel Budapest o el premio a la divulgación del conocimiento en La Teoría del Todo, ponen de manifiesto que existe una voluntad de cambio, el problema llega cuando el público está acostumbrado al refrito, a la precuela, la secuela, al reboot, el remake y un sinfín de despropósitos que no ayudan al buen cine. Hollywood necesita creatividad, abrirse a un cine que pueda ser comercial pero interesante a la vez, aunque para ello deba mirar a Europa. Se ha llegado a tal punto que incluso Steven Spielberg tuvo problemas para poder rodar Lincoln sin que se convirtiera en un telefilme, por miedo a que no funcione. Hollywood necesita abandonar la senda de la comercialidad efectista para recuperar el guión, el buen gusto y el brillo de antaño. Espero que algún día Wes Anderson o incluso el genial Tim Burton (ninguneado este año con su excepcional Big Eyes) puedan recoger su estatuilla, merecida desde hace años.

Mientras, en Francia siguen con su interesante política de retroalimentar su cine con un pequeño tanto por ciento extraído de las entradas que vende. Permítanme terminar con una crítica, como escritor y cineasta: ¿por qué en España no podríamos copiar la idea de Francia?, ¿tanto cuesta destinar un mínimo tanto por cierto de cada entrada vendida en una sala, para crear un fondo que ayude a financiar nuestro cine?. No hace falta destinar tanto dinero público a una industria que en ocasiones, encadena fracaso tras fracaso sin ningún tipo de problema o rubor. El cine debería alimentarse en parte, del cine, como hacen algunos que saben mas que nosotros.