Catástrofe
Hay muchas noticias desagradables. Algunas, muy malas. Detenciones, ejecuciones, torturas. Solo hay una calificada como lo que hubiera sido una «catástrofe»: que el Schalke le hubiera eliminado al Madrid en la Champions.
Hay muchas noticias desagradables. Algunas, muy malas. Detenciones, ejecuciones, torturas. Solo hay una calificada como lo que hubiera sido una «catástrofe»: que el Schalke le hubiera eliminado al Madrid en la Champions.
Hay muchas noticias desagradables. Algunas, muy malas. Detenciones, ejecuciones, torturas. Solo hay una calificada como lo que hubiera sido una «catástrofe»: que el Schalke le hubiera eliminado al Madrid en la Champions. Según leo en algún sitio, catástrofe es un suceso fatídico que altera el orden regular de las cosas.
O sea, que el orden regular de las cosas exige que el Madrid gane siempre, porque cuando no gana, el orden se altera.
También veo que las catástrofes pueden ser naturales (un terremoto, un tsunami, una inundación) o provocadas por el hombre.
Esta posible catástrofe habría sido provocada por el hombre. Mejor dicho, por los 11 hombres que jugaron (no sé si hubo cambios. Si los hubo, habría que añadir, como máximo, a 3).
Hay otra cosa que yo añadiría a esa definición de catástrofe: que me impactara a mí, como me impactan los terremotos, las guerras, los asesinatos que veo a diario. Y estoy un poco desconcertado porque la posible catástrofe del Madrid -y las próximas posibles que afectarán al Barcelona, al Murcia, a la Ponferradina y ¡ay!, a mi querido Real Zaragoza- me dejan absolutamente frío. No son catástrofes ni de lejos. Son accidentillos que forman parte de la normalidad de la vida.
Ya sé que el fútbol no es un deporte, sino un negocio que si va bien, ganas dinero y si va mal, lo pierdes. Para que el negocio funcione, hay que comprar maquinitas que lo hagan marchar. En el caso del fútbol, las maquinitas son señores que meten goles y venden camisetas. O al revés. Y estos señores, como en el fondo fondo no son máquinas, un día meten goles y otro, se los meten. Y si una de las maquinitas riñe con su novia, le baja la moral, y mete menos goles. Y si espera un niño, mete más goles. Y así.
Las maquinitas del Madrid deben tener problemitas de esos. 14 maquinitas con problemitas, hacen que jueguen con un equipo que ahora, por casualidad, no los tiene, y las pasan moradas.
Y la gente se enfada. Y el responsable de las cuentas del Madrid reza para que metan algún gol, porque si ganan, entra el dinero y si pierden, a ver cómo pago yo a estas maquinitas.
Si no puedo pagarles, sería una catástrofe.