Angelina, calma

Me preocupa que Angelina ahora le coja miedo a la tuberculosis y se extirpe un pulmón. O después un riñón. Todo por si acaso.Entre unas cosas y otras, esta chica vive intranquila y alguien -quizá Brad- le tendría que decir: «¡ánimo, chiquilla, no te sigas operando y a vivir, que son cuatro días!».

Angelina es una persona libre que cuida su salud. Cada uno se cuida como le parece mejor. Pero, visto desde fuera, me da la impresión de que esta señora está llevando su libertad al límite, porque no hace más que operarse. No son operaciones normales, como para hacérselas «en frío». Ni sencillas. Ni son operaciones de cirugía estética. Sería un crimen con lo guapa que es.

Son operaciones preventivas, por si acaso. Tiene antecedentes malos, ya lo sé, pero yo creo que se está pasando y que uno -una en este caso- no puede garantizar que no le va pasar nunca nada, porque un día, a Angelina, lo mismo que a mí y lo mismo que a todos, le pasará algo. Y se morirá. Ojalá sea dentro de muchos años. Ojalá.

Pero se morirá. Tengo un amigo que dice que no está demostrado científicamente que haya que morirse. No estará demostrado, pero aquí no queda nadie.

Me preocupa que Angelina ahora le coja miedo a la tuberculosis y se extirpe un pulmón. O después un riñón. Todo por si acaso.

Entre unas cosas y otras, esta chica vive intranquila y alguien -quizá Brad- le tendría que decir: «¡ánimo, chiquilla, no te sigas operando y a vivir, que son cuatro días!».

Y a morirse cuando toque, completita, sin quitarte más cosas, con paz y serenidad, sin querer prevenir todo lo que te puede pasar, porque, a base de operaciones, te amargas la vida y se la puedes amargar a tu marido y a tus hijos.

Y, peor aún, lo puedes poner de moda y quizá haya cola de jovencitas o menos jovencitas en las clínicas que se dediquen a eso y que se operen «no vaya a ser que».

Luego, a alguna, a la salida, le cae un maceta desde un balcón y la mata.

Y ha tirado el dinero tontamente.