¿Matar en nombre de Dios?
Desde la antigüedad hasta nuestros días, las religiones o algunos de sus seguidores, han sido todo menos adalides del verdadero sentimiento religioso. Con barbaridades como matar en nombre de una religión, lo que se consigue es más dolor, más odio.
Desde la antigüedad hasta nuestros días, las religiones o algunos de sus seguidores, han sido todo menos adalides del verdadero sentimiento religioso. Con barbaridades como matar en nombre de una religión, lo que se consigue es más dolor, más odio.
Religión, del latín religare (vincular, reunir)… Cristianos persiguiendo a judíos, judíos bombardeando a musulmanes, sijks contra hindúes, hindúes contra musulmanes… y en estos días musulmanes contra cristianos. La violencia, opresión, división con otros seres humanos es contraria a lo que debería ser la religión.
Desde la antigüedad hasta nuestros días, las religiones o algunos de sus seguidores, han sido todo menos adalides del verdadero sentimiento religioso. Con barbaridades como matar en nombre de una religión, lo que se consigue es más dolor, más odio.
Todas las religiones, con sus diferentes doctrinas, ritos y creencias, tienen sus luces y sombras. Seguir cualquiera de ellas de modo irreflexivo y sin espíritu crítico, ha llevado a grandes sufrimientos a la humanidad. Los seres humanos tienen por naturaleza un impulso, un sentimiento religioso, que las religiones, hechas por seres humanos con sus defectos, han contribuido a aplastar.
El sentimiento religioso es independiente de cualquier religión organizada. Es un sentimiento de humanidad, de inclinación a la bondad, de tratar de resolver los propios defectos y no hacer sufrir a los demás, saber que uno es parte de una humanidad, percibir que hay algo trascendente más allá de la vida material, y que ese algo trascendente incluye una conciencia pura, bondadosa, sabia, con la que “religarse”, unirse.
Fomentar el sentimiento religioso, trascendente de la vida, debe estar por encima de cualquier creencia, de cualquier religión organizada.