Aprende a respirar
¿Quieres ser infeliz? Siéntate a esperar a que ocurran las cosas. Vete a buscar por todo el mundo lo que no has sabido encontrar dentro tuyo. Ponte a pensar. Sigue culpando a todo y a todos de lo que te ocurre o de lo que no te ocurre.
¿Quieres ser infeliz? Siéntate a esperar a que ocurran las cosas. Vete a buscar por todo el mundo lo que no has sabido encontrar dentro tuyo. Ponte a pensar. Sigue culpando a todo y a todos de lo que te ocurre o de lo que no te ocurre.
Sin una serie de aptitudes emocionales las licenciaturas, grados, cursos y demás especializaciones académicas pueden quedar prácticamente anuladas de cara a la vida profesional y personal. La felicidad y el bienestar no se estudian ni se consiguen, las crea cada uno desde su interior. No hace falta marcharse a Bali, ni de retiro a la India o al Nepal. No busques fuera lo que tienes dentro tuyo, porque no lo encontrarás. A lo sumo te darás cuenta, (que nos es poco), de que lo de fuera tiene sentido en función de cómo has trabajado lo de dentro.
Hagamos una prueba: trata de recordar al profesor o profesora que más te gustó de tu etapa escolar. ¿Por qué te gustaba? ¿Por los exámenes que te ponía? ¿Por enseñarte los ríos de España o la tabla del siete? ¿O era más bien una cuestión de cómo? De cómo explicaba, de c ómo te trataba, de cómo te sentías tú por dentro. Pues ese “cómo te sentías tú por dentro” sigue ahí dentro, no a once mil kilómetros. Y lo rescatarás haciendo. Rodeándote de personas como ese profe que tanto te gustaba. Emprendiendo acciones concretas, directas y realizables con esfuerzo e ilusión. Disfrutando de tu esfuerzo, no del resultado.
¿Quieres ser infeliz? Siéntate a esperar a que ocurran las cosas. Vete a buscar por todo el mundo lo que no has sabido encontrar dentro tuyo. Ponte a pensar. Sigue culpando a todo y a todos de lo que te ocurre o de lo que no te ocurre. ¿Quieres ser feliz? Hazte feliz. Ponte a hacer cosas que te hagan sentir bien mientras las haces. Emprende acciones que cubran tus necesidades sin descubrir las de los demás. Sin esperar. Sólo por disfrutar el momento, por disfrutar de lo que haces. Aprende a mirar una flor, a sentir el agua mientras lavas los platos, a sentir dolor en las piernas mientras corres, a escuchar una canción. Aprende a trabajar o a estudiar con pasión, a escuchar con el corazón y a hablar desde dentro, a servir con alegría, a priorizarte a ti para querer mejor a los demás. Aprende a respirar.