¿Qué no da cáncer?

La despreocupación es mala, sin embargo resulta mucho más sana que la obsesión. Si tengo que basar mi dieta en pomelos, soja y acelgas -de la huerta ecológica, obvio- y no salir de casa entre las 12 y las 16 que pega mucho Lorenzo; y ni si quiera así puedo sentirme tranquilo, casi que prefiero dejarlo estar.

Es una enfermedad que ataca sin tener en cuenta el historial. Lo hace más a los que no se ‘cuidan’, sí, pero no deja pasar a deportistas, al niño que nunca vio fumar a sus padres o al que se da un golpe. El cáncer es, de las afecciones globales, la más indefinida. Aparece porque sí o porque no. Con ustedes, los ‘Podrían Provocar Cáncer’. Retrovisor, cinturón; písale a fondo:

El alcohol, los refrescos (los light también), el Red Bull, los alimentos congelados, el salmón de piscifactoría, el tiburón, el pez espada, el atún y su mercurio; el pan, la sal, la harina, la sacarina, las patatas fritas, los chuletones a la parrilla, las palomitas, los suplementos vitamínicos y comerte un coño. Si te crees que con fruta y verdura estás a salvo… seguro que es transgénica; autopista al cáncer. La marihuana, los cigarros electrónicos, las antenas de telefonía, el microondas, los coches, vivir en Madrid, el estrés, tener un carácter violento, tomar el sol, el plástico, algunos herbicidas de uso masivo, los polvos de talco, las hormonas para la menopausia y, esto ya me mata, el jabón antibacterial. Llevar los calzoncillos apretados u holgados también provoca cáncer. Fíate de la OMS, la misma que nos advierte del peligro de la Coca Cola, que nos advirtió del ébola, de todas las gripes cochinas y más, y que hace 4 años metió miedo sobre los móviles, que también podrían causar cáncer. Esos que también hacen explotar gasolineras.

El abuso de cualquier cosa, de cualquier cosa, de cualquier cosa es perjudicial. Pero lo único que está claro es que el cáncer aparece cuando le da la gana, cuando una célula tiene un brote psicótico; concepto ahora muy de morbo. Tantos condicionales siempre que se habla de estos estudios sólo demuestran una realidad: no sabemos por qué ni cuándo el cáncer decide joderte la vida. Estamos enfocando este tema desde el punto de vista agorero. Como si con cada bocanada de aire estuvieras pensando en que falta una menos para morir, pues igual. Y es que, ¿qué no da cáncer? Certeramente y a este ritmo, no respirar.

La despreocupación es mala, sin embargo resulta mucho más sana que la obsesión. Si tengo que basar mi dieta en pomelos, soja y acelgas -de la huerta ecológica, obvio- y no salir de casa entre las 12 y las 16 que pega mucho Lorenzo; y ni si quiera así puedo sentirme tranquilo, casi que prefiero dejarlo estar. En mi opinión, mejor no vivir en permanente estado de paranoia porque, en definitiva, va a dar igual.