Sangre y maricones
El País de la Libertad anda meditando no ponerse tan estricto y permitir a los desviados donar sangre (sí, bueno, vale, si os ponéis así…) pero eso sí: exigiendoles mantener una escrupulosa abstinencia sexual durante un año antes de donar.
El País de la Libertad anda meditando no ponerse tan estricto y permitir a los desviados donar sangre (sí, bueno, vale, si os ponéis así…) pero eso sí: exigiendoles mantener una escrupulosa abstinencia sexual durante un año antes de donar.
“La homosexualidad es un desorden objetivo. La Iglesia Católica debe acoger con compasión y delicadeza a todas las personas homosexuales, pero exigiendoles también que vivan en castidad.”
Estados Unidos de América es esa República Federal tan pintoresca donde es absolutamente legal la posesión de rifles de asalto, Kalashnikovs y lanzallamas (legales en 40 estados) pero donde una mamada (de las de toda la vida) está severamente penada por la ley, al menos en Arkansas y Carolina del Sur. Ojito con las de Arkansas. En la mayoría de Estados también está prohibido donar sangre a los homosexuales (no vaya a ser que la sangre de maricón te vuelva un poquito maricón, debe pensar el honorable señor juez John Williams Smith) no obstante el “País de la Libertad” anda meditando no ponerse tan estricto y permitir a los desviados donar sangre (sí, bueno, vale, si os ponéis así…) pero eso sí: exigiendoles mantener una escrupulosa abstinencia sexual durante un año antes de donar. Imposible no imaginar al señor juez John Williams Smith haciendo las preguntas de rigor al “sospechoso” de turno en algún tribunal de Oklahoma: “¿Ha fornicado usted durante los últimos doce meses, joven?”.