Moros, cristianos y futuros degollados
De algún modo, Europa es el otro lado del espejo en el que se desarrollan ideologías parecidas, pero al revés en su manera de ejecutarlas, siendo en último término siempre el lugar que une a los dos lados de el espejo, la ejecución en sí misma.
De algún modo, Europa es el otro lado del espejo en el que se desarrollan ideologías parecidas, pero al revés en su manera de ejecutarlas, siendo en último término siempre el lugar que une a los dos lados de el espejo, la ejecución en sí misma.
El fin de semana pasado pudimos leer un ilustrativo artículo en el suplemento de El País escrito por Javier Marías, titulado “Invasión, conquista, expansión y aniquilación”, en el que describía cómo el recién creado “Estado Islámico” (Daesh) está emprendiendo con una constancia de termita su labor de destrucción masiva y sin fisuras todo lo que se sale de sus “preceptos”, para acojone general del mundo occidental y buena parte del Islámico. Escribe J. Marías “los Daesh tienen confeso un vasto programa de sojuzgamiento y aniquilación. Su plan es el exterminio de casi todo bicho viviente, y ya lo llevan a cabo en sus territorios y ciudades: de los chiíes y no sé si de otros “herejes” de su religión; de los yazidíes, kurdos, judíos, cristianos, agnósticos, de los que fuman u oyen música, de los demócratas (por no haberse atenido a las inmutables leyes del siglo VII). Si pudieran, nos eliminarían a todos”.
De algún modo, Europa es el otro lado del espejo en el que se desarrollan ideologías parecidas, pero al revés en su manera de ejecutarlas, siendo en último término siempre el lugar que une a los dos lados de el espejo, la “ejecución” en sí misma. Les va a todos la marcheta de rebanar cuellos, fíjate.
Aquí a este lado, algunos ciudadanos asistimos con asombro y pánico a la configuración en la Eurocámara del grupo parlamentario “Europa de las Naciones y de las Libertades”, consolidado por el Frente Nacional de Le Pen y sus socios del Partido por la Libertad holandés, el Partido de la Libertad austriaco, de la Liga Norte italiana y del Vlaams Belang belga flamenco. Le Pen ha conseguido también el apoyo de dos diputados ultraconservadores polacos —Michal Maruzik y Stanislaw Zoltek, del KNP— y la exdiputada del grupo eurófobo británico UKIP Janice Atkinson, o sea, una piara de fascistas. Con esta cuadrilla tienen 36 eurodiputados, de los 25 que se necesitan para formar grupo.El grupo recibirá desde su constitución un total de 1.090.000 euros por sus 36 parlamentarios, que pagaremos entre todos.
Lo que llama realmente la atención es esta bipolaridad enfermiza y secular de y entre oriente y occidente. En realidad vivimos unidos por el extremo común que alimenta el odio a lo desconocido y acabar con todo lo extranjero.Primero nos matamos, y luego ¡montamos unos pollos acojonantes por un tweet!