THE OBJECTIVE
María Ibañez y Jesús Jiménez

Aprende a moldear tu cerebro

El grosor de la materia gris en ciertas partes del cerebro está condicionado por la ideología política de la persona. Y aunque es interesante y perfectamente plausible, el estudio constata algo estático, como una fotografía.

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Aprende a moldear tu cerebro

El grosor de la materia gris en ciertas partes del cerebro está condicionado por la ideología política de la persona. Y aunque es interesante y perfectamente plausible, el estudio constata algo estático, como una fotografía.

Dice el estudio de Michaela Rehle, de la Agencia Reuters, que el grosor de la materia gris en ciertas partes del cerebro está condicionado por la ideología política de la persona. Y aunque es interesante y perfectamente plausible, el estudio constata algo estático, como una fotografía.

Es necesario saber que el aprendizaje moldea el cerebro, por tanto, no es una condena irrevocable que alguna parte de él esté menos desarrollada que otra. La estructura cerebral, en un momento dado, puede condicionar las capacidades de una persona, pero esto es algo coyuntural, puede cambiar.

La conciencia del ser humano, el aprendizaje que realiza en su vida y que irá condicionando su forma de percibir el mundo, su forma de pensar y de sentir, influirán en su cuerpo, incluido en su cerebro. Ya Ramón y Cajal afirmaba que “todo hombre si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro”. Hay numerosos estudios, y otros que están en marcha, que confirman la plasticidad de los tejidos cerebrales y cómo estos varían, crecen o decrecen, en función del “uso” que se le da al cerebro. Es famoso el estudio hecho por Helanor Maguire, con taxistas londinenses, en el que demuestra cómo sus hipocampos aumentan con el entrenamiento y la experiencia en orientación espacial.

También se ha demostrado que es falso que las neuronas no se regeneren con la edad. Desde hace ya años se sabe que hay al menos dos regiones cerebrales en las que la formación de nuevas neuronas, neurogénesis, se produce de manera constante.

Ni siquiera la información genética, el genoma, es inamovible. Y aunque de momento se toman las mutaciones genéticas como algo azaroso o “natural” (errores de replicación o daños fortuitos por sustancias químicas o radiación), recientemente se habla de mutaciones por movilización de elementos de ADN que tienen la capacidad de cambiar de posición dentro del genoma.

En el futuro veremos cómo la ciencia descubre que la conciencia del ser humano produce variaciones genéticas, mutaciones, a través del aprendizaje de cuestiones relevantes de la vida.

El soporte material, en este caso el cerebro, es un reflejo del estado de la conciencia, y no al revés.

Por tanto, lo que más va a influir en tener un cerebro saludable es el aprendizaje, la comprensión, una buena actitud, la sabiduría de la vida.

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