John Nieve nació en un contenedor
Siempre digo que estamos anestesiados ante la cantidad-calidad de violencia, agresividad y salvajismo a la que nos tiene acostumbrados la actualidad. Pero hay un punto de partida que te revienta el estómago al ver una fotonoticia que no te gusta.
Siempre digo que estamos anestesiados ante la cantidad-calidad de violencia, agresividad y salvajismo a la que nos tiene acostumbrados la actualidad. Pero hay un punto de partida que te revienta el estómago al ver una fotonoticia que no te gusta.
Mira que hay miles de noticias, cientos de miles, que lees, relees, te sorprenden, te asquean. En cierta manera el periodista tiene callo a nivel informativo. Siempre digo que estamos anestesiados ante la cantidad-calidad de violencia, agresividad y salvajismo a la que nos tiene acostumbrados la actualidad.
Pero hay un punto de partida que te revienta el estómago al ver una fotonoticia que no te gusta. Esa indignación inicial provoca un revoltijo en tus tripas difícil de explicar. Lo habréis sentido alguna vez, seguro. Luego, creo, lo normalizas. Es antinatural pero lo normalizas.
Con el caso de este bebé he sentido el revoltijo, el asco, la impotencia y muchos por qué. No se me ha quitado la sensación. He visto cosas difíciles a lo largo de mi carrera pero que alguien meta en una mochila a este pequeño John Nieve y lo tire a un contenedor como quien recicla vidrio, me dan ganas de tomarme unas vacaciones para dejar de ser un buen rato ser humano. No me acostumbro a ver esto.
John, -le llamo yo así-, tiene tres hermanos de 4,5 y 11. Ellos tuvieron mejor suerte. No soy partidario de juzgar la moral ajena pero su madre decidió que en casa no había espacio para alimentar otra boca. “Que no lo hubiera tenido” diría la mía.
Y lo surrealista de la historia. La cazan en su domicilio por el biberón que dejó junto a su hijo. Trabajo quirúrgico de CSI Madrid. Localizan la procedencia del bibe. Ven quién parió ese día. Visitan a las familias con los niños hasta que dan con el domicilio con una mamá pero sin niño.
Andrés y Carlos, los guardias civiles, devolvieron a John Nieve a la vida. Su madre no. Difícil pregunta la que se hará el chaval dentro de unos años. Peor será la respuesta. Si te sirve de consuelo, pequeño, dice tu madre que lo ha hecho por la desesperación de no tener recursos. Puta vida. Se puede decir que John nació hace 48 horas en un contenedor.