Me cago en el amor
Llega una edad (septiembre, qué quieren) en la que uno entiende y acepta dos cosas. La primeray más importante, es cosa de Tonino Carotone y su clarividente ‘Me cago en el amor’:
Llega una edad (septiembre, qué quieren) en la que uno entiende y acepta dos cosas. La primeray más importante, es cosa de Tonino Carotone y su clarividente ‘Me cago en el amor’:
Llega una edad (septiembre, qué quieren) en la que uno entiende y acepta dos cosas. La primera—y más importante, es cosa de Tonino Carotone y su clarividente ‘Me cago en el amor’:
E’ un mondo difficile
e vita intensa
felicita’ a momenti
e futuro incerto
Me cago en el amor
Vita mia
La segunda (la que nos trae hoy hasta aquí) es que básicamente todos los problemas, broncas, portazos y desencuentros son en realidad culpa de la (falta de) comunicación. Y si no de la falta, sí de las interferencias entre emisoras (ella, una emisora; usted, otra emisora) y es que ya sabéis: todo lo que no es señal es ruido. Y tras cada fatiga, no hay más que eso: ruido. El problema nunca es el problema, sino más bien cómo mierdas manejas el problema, cari. “Yo no dije eso”; “Sí lo dijiste, vaya si lo dijiste”. “Que no”. “Que sí”. “Me entendiste mal, lo que quería decir era otra cosa”. ¿“Que te jodan” lo entendí mal? “Que te jodan”.
Pero lirios en el estercolero. Leo asombrado la existencia de una aplicación que nos regalará (tercera certeza: nadie regala nada) el indescriptible poder de borrar e-mails enviados; cartas-bomba de hace un mes; de hace un año o ¡de hace tres! También leo —ay— que no podremos usarla con efecto retroactivo. Cántala otra vez, Tonino.