Las elecciones y el santoral
Por supuesto, a los partidos que lo tienen difícil o imposible, les vendría mejor mayo, que es cuando se puede recurrir a San Pancracio, el 12, o Santa Rita de Casia, el 22, abogados de los desesperados y casos urgentes .
Por supuesto, a los partidos que lo tienen difícil o imposible, les vendría mejor mayo, que es cuando se puede recurrir a San Pancracio, el 12, o Santa Rita de Casia, el 22, abogados de los desesperados y casos urgentes .
Qué ordenado es Rajoy. Parece ser que ha desvelado la probable fecha de las elecciones generales en conversación con Herrera-Carlos y que serán el 20 de diciembre. Justo habrán transcurrido cuatro años desde que fue investido presidente del Gobierno. Cual Guardia de la Noche nos avisa subliminalmente de que se acerca un largo invierno. De hecho, no es que se acerque, es que le quedará un día para entrar.
También el 20 es el día de Santo Domingo de Silos. Qué gran patrón para acogerse, Mariano, enhiesto surtidor de sombra y sueño (devanado a sí mismo en loco empeño…).
Metido en harina hagiográfica he pensado que sería adecuado, por las peculiaridades que adornan a nuestra fauna política, pasar las elecciones al 10 de mayo, día del Santo Job, que no necesita más explicaciones para su candidatura.
Aunque Pablo Iglesias, animal televisivo, quizás prefiera el 11 de agosto, día de las clarisas. Cuenta la tradición que en la noche de Navidad de 1252, Santa Clara de Asís, estando gravemente enferma, tuvo la gracia de poder “ver” desde su celda la celebración que estaba teniendo lugar en la capilla del convento. El cardenal Bertone denominó a esa experiencia “televisión mística”, y santa Clara es la patrona del medio.
Por supuesto, a los partidos que lo tienen difícil o imposible, les vendría mejor mayo, que es cuando se puede recurrir a San Pancracio, el 12, o Santa Rita de Casia, el 22, abogados de los desesperados y casos urgentes .
¿Y el PSOE? Pues no sé muy bien qué recomendarles; quizás el 10 de septiembre, San Eustaquio de Roma, mediador en las disputas familiares de todo tipo. Podrían encomendarse a su protección, y que pusiera paz en la casa de la rosa y en los corazones.
A Albert Rivera no hay que buscarle uno ya que le viene que ni pintado su propio patrón, San Alberto Magno, protector de las ciencias exactas, muy útil para quien deberá usar mucho la calculadora.
Pensando en una definición de “política” me sorprendió una de Ragnar Lodbrok: “el poder atrae a los peores y corrompe a los mejores”.
Pero, como estamos hoy religiosos, prefiero cerrar con una de la Biblia. El Eclesiastés resume en una frase la esencia misma de la vida política: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”.
