¿Y cómo se viven las cosas de otra manera?

Si un médico les dijera, ante un dolor de estomago, que lo acepten para no estresarse y que lo mejor es que hagan una lista de alimentos que les sienten bien, ¿qué pensarían de ese tratamiento?

Si un médico les dijera, ante un dolor de estomago, que lo acepten para no estresarse y que lo mejor es que hagan una lista de alimentos que les sienten bien, ¿qué pensarían de ese tratamiento?

El llamado «insomnio laboral» al que se refiere el pie de foto, consiste en que la preocupación por los problemas relacionados con el trabajo impiden dormir. Y desde luego, la clave para solucionarlo no es «aceptar los problemas laborales para controlar la ansiedad», «ni hacer una lista de los objetivos conseguidos en el trabajo…».

Estas propuestas de solución, que se pueden leer y escuchar de mil formas diferentes, se pueden resumir en «tómatelo de otra manera» y/o «haz o piensa otras cosas que te gusten y te compensen».

Hacer o pensar otras cosas que compensen o hagan olvidar un problema, no es otra cosa que un paliativo, una distracción de los síntomas de ese problema. Es obvio que no es una solución.

Respecto a tomárselo de otra manera… ¿Cómo se hace eso? Lo habitual es aplicar fuerza de voluntad y reprimir las emociones que surgen con el conflicto.

Evidentemente esas «soluciones» no funcionan a largo plazo. No es que usted sea torpe o no sepa hacerlo, es que no funcionan.

Las técnicas más avanzadas y, hasta ahora más eficaces, hablan de afrontar los pensamientos, emociones y sensaciones sin rechazarlas ni juzgarlas. Pero para que esto no se convierta en otra forma a medio camino entre la solución y la represión, hay que ir un paso más allá. Hay que entender.

La única manera de resolver el sufrimiento psicológico es, lógicamente, comprendiendo el origen de ese sufrimiento y resolviéndolo. Ese origen no es externo, aunque haya dificultades externas reales, sino interno.

Por ejemplo, el caso de alguien que teme perder su trabajo. Aunque haya hechos objetivos que despierten ese temor (como una reducción de plantilla o un ere en ciernes), o no los haya, el sufrimiento puede ser similar.

Y aunque quedarse sin empleo es un reto difícil en la vida, el sufrimiento surge del temor: a no encontrar otro empleo, a no tener ingresos, a pedir ayuda o a no obtenerla, a dejar de sentirse valioso o valorado… Todos esos miedos no sólo no van a hacer que la situación mejore, sino que suelen hacer que se torne más difícil.

Así pues, para vivir las cosas de otra manera no basta con quererlo, hay que aprender a entender y resolver el miedo.