THE OBJECTIVE
Marta Parreño Gala

De la belleza

Molly Blair es bella, y más bella será cuanto más mujer se haga, y es tan bella como tantísimas otras mujeres que nada tienen que ver con ella y que no se adaptan al canon de turno. Ni más ni menos. De hecho es posible que Molly Blair se aleje en no mucho tiempo de ese ideal de preciosismo que ahora ha convertido su cara y su cuerpo en una máquina de hacer dinero. Eso sucederá cuando deje de ser una niña, y lo provocarán los años y los kilos, la naturaleza misma, que la apartará del ideal del momento en menos que canta un gallo.

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De la belleza

Molly Blair es bella, y más bella será cuanto más mujer se haga, y es tan bella como tantísimas otras mujeres que nada tienen que ver con ella y que no se adaptan al canon de turno. Ni más ni menos. De hecho es posible que Molly Blair se aleje en no mucho tiempo de ese ideal de preciosismo que ahora ha convertido su cara y su cuerpo en una máquina de hacer dinero. Eso sucederá cuando deje de ser una niña, y lo provocarán los años y los kilos, la naturaleza misma, que la apartará del ideal del momento en menos que canta un gallo.

Hablan de la belleza de algunas jóvenes modelos y dicen que Molly Blair, en la foto, posee “una belleza diferente”. Yo me pregunto ¿diferente de qué? Porque yo sigo viendo a una niña rubia flaca de ojos claros más parecida a una muñeca que a una mujer. ¿Que tiene las orejas grandes? Sí. ¿Y qué? 

Molly Blair es bella, y más bella será cuanto más mujer se haga, y es tan bella como tantísimas otras mujeres que nada tienen que ver con ella y que no se adaptan al canon de turno. Ni más ni menos. De hecho es posible que Molly Blair se aleje en no mucho tiempo de ese ideal de preciosismo que ahora ha convertido su cara y su cuerpo en una máquina de hacer dinero. Eso sucederá cuando deje de ser una niña, y lo provocarán los años y los kilos, la naturaleza misma, que la apartará del ideal del momento en menos que canta un gallo. Entonces aparecerán nuevas princesas rompibles de porcelana con menos kilos y con menos años y Molly Blair y su belleza diferente volverán a casa con una maleta cargada de cumplidos que ya no le volverán a regalar, aunque en realidad seguirá siendo bella siempre.

Es complicado asistir a una conversación en la que no se hable de belleza física cuando el tema trata de mujeres, ya sea en el bar, en los medios o en el museo. Y es cansino hasta la desesperación, porque parece que esa sea la principal característica que nos define, o al menos, la más notoria, incluso para nosotras mismas, cuando la más importante es precisamente que somos mujeres, y como tales, somos complejas, hermosas todas, repletas de aristas. La misma palabra belleza pierde a veces su sentido de tanto usarla, o mejor dicho, mal-usarla, y es que es demasiado amplia y generosa como para limitarla al canon mundano y superficial de turno. 

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