THE OBJECTIVE
Marisa Páramo

Curiosity Killed The Cat

La tentación ya no es rubia ni vive arriba. Está en tu casa. Al alcance de tu manos. Delante de tus narices. Sobre la mesa del comedor, en la encimera de la cocina o en la mesilla al lado de la cama. Tan cerca y tan lejos….Parpadea. Suenan notificaciones. Avisos de Whatsapp, del correo electrónico, de Facebook, de Twitter….¡qué sé yo! Está ahí quieto.

Opinión
Comentarios
Curiosity Killed The Cat

La tentación ya no es rubia ni vive arriba. Está en tu casa. Al alcance de tu manos. Delante de tus narices. Sobre la mesa del comedor, en la encimera de la cocina o en la mesilla al lado de la cama. Tan cerca y tan lejos….Parpadea. Suenan notificaciones. Avisos de Whatsapp, del correo electrónico, de Facebook, de Twitter….¡qué sé yo! Está ahí quieto.

Dicen que la curiosidad mató al gato. Y los refranes son muy sabios. Hoy en día más que matarte, te lleva a la cárcel. Directamente. Que es una especie de muerte en vida. El delito: husmear el contenido de un teléfono ajeno. Dos años y medio de prisión. Una sentencia inédita de un juzgado de Gerona que crea un peligroso precedente. Juzguen ustedes mismos. Y que ahora levante la mano el que no haya fisgado alguna vez. Aunque sólo sea un poquito.

Y es que la tentación ya no es rubia ni vive arriba. Está en tu casa. Al alcance de tu manos. Delante de tus narices. Sobre la mesa del comedor, en la encimera de la cocina o en la mesilla al lado de la cama. Tan cerca y tan lejos….Parpadea. Suenan notificaciones. Avisos de Whatsapp, del correo electrónico, de Facebook, de Twitter….¡qué sé yo! Está ahí quieto. Desafiándote. Retándote. Has perdido la concentración de lo que estabas haciendo. Tú imaginación ya se ha puesto a volar sola. Un simple impulso incontrolable y ¡zas! Ya has caído en su trampa. Tu triste condena.

No será ni la última ni la primera sentencia en torno a una dispositivo endemoniado que guarda bajo contraseña información tan jugosa. Para un padre, para una esposa, para un novio celosillo o para una pareja con tendencia al desasosiego. Porque tengan en cuenta que la circunstancia de parentesco es un agravante. Pero hay matices. No es lo mismo un «mero fisgoneo» o una «visión fugaz del contenido privado» que apropiarse de la información. Con el objetivo de tener pruebas. Una demostración que encima no sólo te dejará de cornudo para los restos, sino que además te puede llegar a «enchironar».

Habrá que cortarse las falanges a partir de ahora. O apretar los puños. Y tener claro que no sólo los gatos son curiosos. Aunque la curiosidad no mata. Es la preocupación en exceso. La intranquilidad del alma.

 

 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D