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Brais Iglesias Castro

El peor candidato

Este análisis sería perfectamente válido para la mayoría de formaciones políticas de la actualidad, pero cuando hablamos del PP y sus futuros resultados electorales en los comicios del 20D hay que ser muy cauto

Opinión
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El peor candidato

Este análisis sería perfectamente válido para la mayoría de formaciones políticas de la actualidad, pero cuando hablamos del PP y sus futuros resultados electorales en los comicios del 20D hay que ser muy cauto

¿Cómo perder unas elecciones generales? Muy fácil. Presenten a un candidato más visto que el último capítulo de Perdidos, con escasas habilidades comunicativas, sin carisma alguna y que no genere confianza ni en el electorado de su propio partido ni en los (mal)llamados “indecisos”. Que en cualquier intervención en los medios reste más que sume para su candidatura y que sea incapaz de imponer un relato de la situación que conecte con amplios espectros de la sociedad.  

Este análisis sería perfectamente válido para la mayoría de formaciones políticas de la actualidad, pero cuando hablamos del PP y sus futuros resultados electorales en los comicios del 20D hay que ser muy cauto.

En las últimas semanas se ha escuchado en diversas tertulias de televisión que el PP puede acabar como la extinta UCD. Si bien es cierto que el PP no pasa por su mejor momento, con disidencias internas y cruces de declaraciones entre miembros del Ejecutivo, no debemos olvidar que, de momento, la demoscopia sigue vaticinando que seguirá siendo el partido más votado en España y pocos analistas auguran que vaya a dejar de ser el partido con mayor número de escaños en el futuro parlamento por mucho que fallen las encuestas.

Es verdad que sus electores no se sienten motivados ante la opción liderada por Mariano Rajoy, cuya valoración como dirigente palidece ante el emergente liderazgo de Albert Rivera, el cuñado que todo votante del PP desearía tener. Pero no debemos olvidar que unas elecciones generales se ganan principalmente gracias al voto de las provincias rurales sobrerrepresentadas en donde el PP y PSOE siguen ostentando un poder que ni Ciudadanos ni Podemos han logrado aún romper.

Tras el 20D la derecha española parece condenada a tener que reinventarse políticamente. Y en este nuevo contexto Rajoy es un mero peón que sacrificar por la Reina para que el PP siga gobernando con el apoyo de Ciudadanos. O no…

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