Vaya par de consejeros
La imagen, como ellos, no tiene desperdicio. Es de archivo, pero cobra actualidad plena. Ambos lucen una sonrisa cínica impagable. Y tienen como de anfitrión a Wert, el peor ministro de la legislatura rajoyana, que salió de modo feo, cacicada mediante. Son los consejeros, los que ahora que se ponen estupendos para explicar a sus sucesores lo que tienen que hacer.
La imagen, como ellos, no tiene desperdicio. Es de archivo, pero cobra actualidad plena. Ambos lucen una sonrisa cínica impagable. Y tienen como de anfitrión a Wert, el peor ministro de la legislatura rajoyana, que salió de modo feo, cacicada mediante. Son los consejeros, los que ahora que se ponen estupendos para explicar a sus sucesores lo que tienen que hacer.
José María Aznar y Felipe González, solo faltaría, tienen derecho a hacer lo que les plazca. Y los demás lo tenemos a opinar. Si hay alguien en el PP y el PSOE que carecen de autoridad moral para dar consejos son ellos. Aznar no deja de tocar le los cataplines a Rajoy, y cada vez goza de menos predicamento y respeto en el PP. Buena parte, incluso la mayoría de la corrupción que han amparado Rajoy y los suyos nació y creció al abrigo de Aznar. Eran sus amigos y compis de pupitre. Es él quien designó a dedo a su sucesor. Ahora no debiera presentarse como salvador, menos aún cuando hasta la fecha no sólo no ha pedido la más mínima disculpa, sino que se ha mostrado prepotente en la defensa de su gestión, empatado por unos ingresos cuantiosos gracias al cargo que ocupó.
González no le va a la zaga en jeta. Sucede que tiene más predicamento en el PSOE, porque Susana Díaz le tiene alta estima. Y FG está crecido, y su vivienda de la calle Velázquez y su despacho son un sin fin de reuniones, comidas y cenas en los que se conspira y se le pone a Sánchez a escurrir, excepto cuando es Sánchez quien acude. Entonces FG le da mucho calor. Porque ya se sabe que, como sentenció Umbral, FG miente con una sinceridad conmovedora. Pero él no para de dar consejos. El presidente de la corrupción a braga quitada y el crimen de Estado como guardián de las esencias del socialismo. Así está el socialismo, claro.
Si hay dos a quienes nadie ha dalo vela en este entierro son Aznar y González. Pero ya se sabe que cada uno entierra a sus muertos como considera pertinente. Sucede que a veces se les entierra mal y reaparecen. De eso sí que sabe este par de consejeros.