El ocaso de la libertad
Es septiembre de 1938. Churchill denuncia a Chamberlain en la cámara tras el infame pacto firmado en Múnich con Hitler: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra. Elegisteis el deshonor y tendréis guerra” Un fatídico pronostico que un año después se haría realidad.
Es septiembre de 1938. Churchill denuncia a Chamberlain en la cámara tras el infame pacto firmado en Múnich con Hitler: “Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra. Elegisteis el deshonor y tendréis guerra” Un fatídico pronostico que un año después se haría realidad.
Jamás en la historia de la humanidad el apaciguamiento sirvió para nada más que alimentar a la fiera a la que se intentó apaciguar. Nuestra historia reciente es prolija en ejemplos con que ilustrarnos. La cobardía de la derecha monárquica que en 1931 permitió al pacto de S. Sebastián tomar el poder y declarar la II República. coleccionó actos de deshonor, tantos, como actos de golpismo totalitario sufrió España por quienes hoy se dicen fueron los demócratas; Prieto, Caballero, Ibárruri o Carrillo, tras promover el asesinato político y avocarnos a la anunciada y anhelada guerra incivil, hoy decoran nuestro callejero, y lo más grave, nuestros institutos y centros de enseñanza.
5 Golpes de estado (Galán, municipales 1931, casas viejas, octubre 1934, pucherazo 1936) ensucian el currículum democrático de quienes, llamando golpistas a media España, asaltan la verdad histórica.
Empleando una ley creada “ad-hoc” bajo el palio de la justa restitución a las víctimas, retuercen la verdad para ganar una guerra sucedida hace 80 años. Dicha vergonzante ley (recordemos la ley en defensa de la república con que se clausuró toda la prensa critica) hace criminales a quienes detuvieron aquel golpismo bolchevique.
Vigente en virtud del sectario legislador Zapatero, opera gracias a que no la derogó el Partido Popular, esa derecha ‘cortoplacista’, corrupta y ‘vendepatrias’ que impuso el catalán en Baleares, mientras niega el castellano hasta en el teléfono de información de Galicia. Los cobardes siguen en el poder… aún.
Castejón, ese resucitado Largo Caballero, negocia un nuevo gobierno Leninista. Viejo apodo, que 80 años después, formará Gobierno legal.