Dejen de rajar de Rajoy

Rajoy es un tipo seco. Nada expresivo. Todo el mundo quiere que se vaya, pero nadie se atreve a decírselo. Es el culpable de que Rato y Bárcenas se hayan forrado a costa de los demás. Rita Barberá y Pedro Gómez de la Serna, se tienen que ir, porque así lo ha decidido el Director de EL MUNDO. El PP está trufado de corrupción. Es un asco.

Por otro lado está el “crack” del Congreso de los Diputados. Pablo Iglesias, que esconde su financiación, esconde el curriculum vitae de su abuelo, y que se ha forrado arruinando a los venezolanos. Maneja los tiempos, maneja la puesta en escena, maneja a las tropas y a su harén. Es el salvador de esa mayoría social que no paga impuestos, que enchufa a los ex (espero no todos tengan tantos/as ex como D. Pablo), de esa mayoría de progreso. Si los anunciantes del duopolio, hiciesen cuentas de los minutos de pantalla de D. Pablo, podría ser la imagen de un champú o de cualquier marca de consumo.

Ambos, malvados ellos,  votan juntos diciendo a NO a D. Pedro el bisiesto y a D. Alberto el bisoño. D. Pedro, venido a más, pero sigue siendo Mr. NO. No a la coleta, no a la barba. No a esa progresía, no al crecimiento económico y se enfrascan en no salir de un callejón sin salida. Quieren cambiar la ley de educación para que las madres ayuden a limpiar los colegios y los niños recojan las colillas de la calle, como bien dice Doña Carmena.  Quieren cambiar la reforma laboral, ellos que han creado tantos puestos de trabajo y para que sus aliados los sindicatos sigan robando y comiendo en restaurantes de 70 euros el cubierto o vayan de vacaciones en Costa Cruceros. Han redactado un programa con doscientas iniciativas, que no se sabe si son de la tesis doctoral del D. Pedro o ha salido de ESADE o del servicio de estudios de La Caixa.

Yo prefiero que D. Mariano, cambie lo que tenga que cambiar en su partido, y sobretodo que sea independiente de las influencias externas, que sea lo previsible que ha sido en estos cuatro años. Sin besos, sin insultos, así soso, con cara de distraído y desganado. Aburre hasta las ovejas, pero me gustaría le diesen una segunda oportunidad. Dejen de rajar de Rajoy. El resto es quedarnos en pelotas delante del televisor y que todo el mundo lo vea.