Esa escasez que se acabó el 6E
Venezuela vive una de las crisis más dramática de todos los tiempos, comparable a los efectos de las políticas neoliberales aplicadas en los años 90 del siglo pasado. Un gobierno indolente, que en nombre de una revolución que se acabó con la muerte de Chávez, de un socialismo que apenas empezó a construirse y del que sólo queda la primera piedra, y de un chavismo exterminado paulatinamente por los llamados «mata votos» de la dupla de poder: Maduro y Cabello, no sólo tiene al borde del precipicio un proyecto político que llegó a tener más del 60% de apoyo popular de manera democrática, sino que tiene pasando hambre y en mengua a un pueblo que paga la crisis que unos estafadores han creado con plena impunidad.
Venezuela vive una de las crisis más dramática de todos los tiempos, comparable a los efectos de las políticas neoliberales aplicadas en los años 90 del siglo pasado. Un gobierno indolente, que en nombre de una revolución que se acabó con la muerte de Chávez, de un socialismo que apenas empezó a construirse y del que sólo queda la primera piedra, y de un chavismo exterminado paulatinamente por los llamados «mata votos» de la dupla de poder: Maduro y Cabello, no sólo tiene al borde del precipicio un proyecto político que llegó a tener más del 60% de apoyo popular de manera democrática, sino que tiene pasando hambre y en mengua a un pueblo que paga la crisis que unos estafadores han creado con plena impunidad.
Pero además de esta soberana estafa, debemos sumarle una oposición venezolana que como se ve en la gráfica, prometió acabar con la escasez apenas asumiera la presidencia de la Asamblea Nacional después de la victoria aplastante del 6 de diciembre del año pasado. Una oposición que juega con las esperanzas del pueblo y es capaz de mentir en la misma magnitud que el gobierno, y que hoy es corresponsable de esta crisis.
Hoy la oposición venezolana ha perdido 30% de credibilidad por el fraude al que sometió al pueblo venezolano. En Venezuela ya más del 51% de su población no se identifica con los bandos polarizados, y espera una alternativa distinta, a pesar de que el sistema electoral esté diseñado para preservar los intereses de aquellos que generan la escasez y aquellos que dicen que acabarían con lo que han demostrado no poder acabar.
Mientras tanto, el pueblo venezolano pide más democracia y más eficiencia, sin intervención extranjera y con mucha solidaridad de los pueblos hermanos, ante la peor escasez: la de liderazgo razonable. Estoy seguro que Venezuela logrará salir del atolladero, porque los buenos y despolarizadas son mayoría, ya que el 6E lo que se acabó fue la escasez de opciones razonables en la polarización.