Fabricantes de tonterías
Las horas se escapan y con ellas las oportunidades de responder a las tonterías que se dicen cada minuto. La minuciosa y cansada tarea de señalarlas y echarlas abajo ni está pagada ni confiere nunca una victoria definitiva, pues las tonterías se renuevan constantemente. Hay profesionales dedicados en cuerpo y alma a producirlas.
Las horas se escapan y con ellas las oportunidades de responder a las tonterías que se dicen cada minuto. La minuciosa y cansada tarea de señalarlas y echarlas abajo ni está pagada ni confiere nunca una victoria definitiva, pues las tonterías se renuevan constantemente. Hay profesionales dedicados en cuerpo y alma a producirlas.
Verbigracia, los ecologistas. El último engaño dice que hemos consumido ya los recursos que teníamos para todo el año. Esto es: ellos señalan una cantidad arbitraria de consumo de recursos, y como la realidad, como siempre, les desmiente, dicen que ésta es la que está mal, y no ellos.
Además, tienen una visión ingenieril, no económica, de los recursos. No ven que el mismo recurso puede prestar más y mejores servicios gracias a la tecnología. Y que la motivación para mejorarla constantemente la otorga la propia sociedad, cuando es libre para organizarse económicamente.
Pero los fabricantes de tonterías no tienen descanso. Y ellos sí están pagados.
