Contra la derecha identitaria
Hay un tipo de crítico derechista de la izquierda identitaria que no parece darse cuenta de que utiliza los mismos argumentos que critica: el esencialismo, el desprecio al individuo, el iliberalismo. Cada vez que se produce un atentado islamista, se vuelve un identitario y pide a todo musulmán que condene el ataque, como si cada acción de un musulmán representara a todos los musulmanes del mundo. Son maestros de la sospecha como los relativistas que critican en la izquierda posmoderna: el musulmán es sospechoso por asociación, esto es, por compartir la religión con una minoría radical que se la ha apropiado y la ha pervertido para justificar sus crímenes. Esta derecha se proclama liberal pero es identitaria y nativista. En ocasiones, llega incluso a considerar que la Ilustración y el modelo de vida occidental están en peligro, y habla del declive de Occidente como un reaccionario obsesionado con el apocalipsis.
Hay un tipo de crítico derechista de la izquierda identitaria que no parece darse cuenta de que utiliza los mismos argumentos que critica: el esencialismo, el desprecio al individuo, el iliberalismo. Cada vez que se produce un atentado islamista, se vuelve un identitario y pide a todo musulmán que condene el ataque, como si cada acción de un musulmán representara a todos los musulmanes del mundo. Son maestros de la sospecha como los relativistas que critican en la izquierda posmoderna: el musulmán es sospechoso por asociación, esto es, por compartir la religión con una minoría radical que se la ha apropiado y la ha pervertido para justificar sus crímenes. Esta derecha se proclama liberal pero es identitaria y nativista. En ocasiones, llega incluso a considerar que la Ilustración y el modelo de vida occidental están en peligro, y habla del declive de Occidente como un reaccionario obsesionado con el apocalipsis.
Es un personaje autodenominado políticamente incorrecto que rechaza la tiranía de la penitencia de los occidentales que se flagelan constantemente por los crímenes cometidos por Occidente, pero que exige esa penitencia al musulmán. Después del atentado de Manchester, el músico y cantante Morrissey escribió un post en Facebook. Entre otras cosas, decía que “Sadiq Khan [el alcalde de Londres] dice que ‘Londres está junto a Manchester’, pero no condena a Estado Islámico, que se ha atribuido el atentado”. Como si no conociéramos la autoría, como si necesitáramos la confirmación de parte de un musulmán de que Estado Islámico son unos bárbaros, como si no fuera alcalde de todos los londinenses, sino solo musulmán y por lo tanto obligado constantemente a dar explicaciones. Hay una maldad especialmente siniestra en quien pide explicaciones a quien no solo no tiene que darlas, sino a quien es también víctima también de aquello de lo que se le acusa.
El liberal defiende las identidades plurales, la idea de que no estamos atados a nuestros orígenes y no somos solo una sola identidad. El derechista identitario solo es capaz de ver al musulmán como musulmán. El terrorista islámico que se inmola y asesina a decenas de personas lo hace gritando el nombre de un dios. Es el mismo dios de muchos refugiados, y de muchos musulmanes en Europa. Pensar que, más allá de compartir fe, estas dos afirmaciones tienen relación es de psicópatas.