¿Dónde estáis ahora que nuestra ciudadanía está amenazada?
Fernando Savater nos dejó escrito que “la verdadera salud consiste en hacer grato el tiempo y estimular la creatividad… aunque también se tosa de vez en cuando”. Hay distintas formas de hacer grato el tiempo y estimular la creatividad y hay algunas actividades que cubren o pueden cubrir ambos propósitos. Se me ocurre tomar un vino tinto en torno a una buena conversación, leer un buen libro, asistir a un concierto, escribir artículos como éste e incluso mejores… o bañarse en el mar, por poner algunos ejemplos prácticos que tengo recientes.
Para los freaks como yo, o incluso para cualquier demócrata que se tercie, una de las cosas más recomendables que puede haber para hacer grato el tiempo, además de todas las anteriores y otras más mundanas y menos confesables, es oponerse a los nacionalismos que nos amargan la existencia, dividen a las sociedades y provocan guerras civiles. Hacerlo de manera militante es bueno para la salud. Sin que tal cosa, por supuesto, impida tomar partido en otras muchas cuestiones muy relevantes.
En estos tiempos en los que no se habla de otra cosa, me llama la atención el silencio atronador de quienes no deberían guardar tanto silencio. Algunos intelectuales, escritores, deportistas o cantantes, ciudadanos españoles que disfrutan de un país muy mejorable pero que a día de hoy es el que garantiza nuestros derechos y nuestras libertades. Su silencio es tan atronador que cuando Serrat dice lo mínimo que debe decirse… lo convertimos en un héroe. A él que nunca careció de verbo, le recomiendo una frase redonda para su próxima rueda de prensa: “no hay nada más reaccionario que cualquier nacionalismo”. Y que no tenga miedo a que le acusen de ser un facha del PP: a mí me lo llamaron cuando militaba en el PSOE por oponerme al terrorismo de ETA. Y a otros miles. Uno se acostumbra y además es falso: no hay mayor facha que el que pretende disgregar y convertir a sus conciudadanos en extranjeros en su propia tierra.
Y, además, todavía hay izquierdistas que se oponen al nacionalismo disgregador que padecemos. Haberlos, haylos. Y ahí seguimos, vivitos y coleando, aunque no pintemos nada mediáticamente y carezcamos de representación en el Congreso de los Diputados. Serrat al menos ha dicho algo y a alguno me ha parecido escucharle alguna cosa… pero la mayoría calla y no sabemos si porque les parece correcto el golpe contra la democracia dado por los independentistas catalanes… o porque todavía no se han enterado. Hubo quien me dijo que había quien prefería seguir vendiendo libros o llenar salas de conciertos que ejercer de ciudadano responsable, lo cual, obviamente, implica o puede implicar algunos inconvenientes. Es lo que tiene. Pero, en general, merece la pena. “Me indigno ante las injusticias, luego existo”, y todas esas cosas. La poesía es un arma cargada de futuro. El caso es que ocurre lo de siempre: los independentistas no se callan… mientras otros guardan silencio. No pido que digan aquello que no piensan sino que expresen en alto lo que dicen en privado. No pido héroes sino compromiso ciudadano.
Intelectuales, escritores, deportistas o cantantes. ¿Dónde estáis ahora que nuestra ciudadanía se ve amenazada por quienes pretenden levantar fronteras entre conciudadanos? Algunos han hablado pero echo de menos a otros muchos.
Echo de menos lo más necesario: lo que no tiene nombre, gritos en el cielo y, en la tierra, actos.