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Cantigas a la España triunfita

España limita al norte con Operación Triunfo, al sur con los mensajes ‘guasapeados’ de Puigdemont, al centro tiene al frailuno de Estremera (Oriol), y en las alcantarillas linda con el sabio pueblo votante. La «masa crítica», que dicen los pensadores de diario.

Opinión
  • Escritor, periodista, actor de doblaje y madrileño por narices. Ciclista de a diario. Blanco o colchonero según la digestión. Romántico rompedor de los tópicos.

España limita al norte con Operación Triunfo, al sur con los mensajes ‘guasapeados’ de Puigdemont, al centro tiene al frailuno de Estremera (Oriol), y en las alcantarillas linda con el sabio pueblo votante. La «masa crítica», que dicen los pensadores de diario. Ay de España, que no falla en las galas del concurso, donde hasta a Víctor Jara han cantado en plena pijada contracultural y latinoché. Sumen a un cantante, el tal Alfred, que además de indepe lleva un traje feminista y reivindicativo. De Joan Baez a Alfred de OT se pasa por Lluís Llach, y ya sí que todo acaba degenerando, que diría ‘El Guerra’.

Pasa que Operación Triunfo y la chirigota de ese catalanismo en declive y sin vergüenzas nos dan ya la fotografía perfecta de la cosa patria. Señoronas y adolescentes, guapa gente pero de nivel cortito en lo cultural y enanismo en otros ámbitos: esas gentes de las Españas puestas ahí, frente al televisor las noches de gala. Operación Triunfo más esa masa que aplaude a un lampiño indepe, cursi, magro de proteínas; cortito de España y larguito de esteladas.

Esa juventud, ay esa juventud que se va lo mismo al Corte Inglés a que le firmen discos unos impúberes o se coloca una careta de Puchimón y se monta un mayo francés: en cutre, en pueblo oprimido y ‘a las diez en casa’. Da lo mismo; es el indolente pueblo español el que pierde el oremus con una parejita dulzona y sosaina, la que se va a Eurovisión a hacer lo propio, el pluff, desde que somos plurales: que eso de dejar a España como Cagancho en Almagro es inveterada tradición eurovisiva.

Y entretanto un tipo con patinete eléctrico rumbo a un taller de veganismo 3.0; un rapero cabreado con el mundo en labores de posQuevedo soneteando al GRAPO. Y una mocedad que viene lobotomizada de serie, y unos golpistas que han aprovechado el abono coyuntural, la cloaca de hoy mismo…

A la España entera y plurinacional, a la caterva de cursis de OT, les va haciendo falta ya una buena mili. En Chafarinas quizá, con mucha sororidad y sin permisos.