ETA y su historia

Lo que queda de ETA, que es afortunadamente poco, porque hace años fue derrotada por las Fuerzas de Seguridad del Estado, sobre todo por la Guardia Civil, está escenificando su final con la habilidad de siempre, que consigue engañar a algunos incautos. En El País, el lehendakari Urkullu, que sabe del asunto, ha dicho que “ETA tiene pavor a que se piense que su historia no ha valido para nada”. Por eso es importante que los asesinos tengan claro que su historia, la de una máquina de matar, no es más que la historia de una banda de asesinos que ha sido derrotada en toda regla por el trabajo eficaz de la Guardia Civil, y que ahí termina. Lo de la “decisión unilateral”, el video, el comunicado y todas las mandangas habituales de los asesinos, manejando los tiempos y a la prensa internacional parea ocupar escaparate mediático durante semanas no es más que eso. Y buscan la impunidad judicial y moral, que no deben encontrar.

En sus estertores, se nos presentan justificándose política y moralmente e incluso tratan de aparentar victimismo, que es una ironía insoportable, los matarifes presentándose como víctimas, cuando hay más de 800 muertos y la inmensa mayoría de sus crímenes sin resolver judicialmente. Recurren a esa literatura ofensiva y tienen un par para ofrecerse con “compromiso” como actores políticos en el País Vasco. ETA ha terminado hace tiempo, derrotada, y no se le puede dar el más mínimo aire ahora a los asesinos, que aún deben asumir sus responsabilidades ante la Justicia. No han pedido perdón a las víctimas de sus crímenes. No hay ni la más mínima muestra de arrepentimiento. Y ojo que se habla de una posible escisión, que no sería la primera, de quienes dentro de la banda terrorista quieren seguir haciendo lo único que saben, secuestrar y asesinar.

Lo único que no puede suceder es que no quede claro como el agua que ETA ha sido derrotada y que en nombre de la paz alguien pretenda borrar la memoria de las víctimas y crear un escenario político en el que los asesinos actúen como si no hubiera pasado nada. Los ciudadanos españoles a lo que tenemos pavor es a que los asesinos se salgan con la suya. La paz no es solo que no haya muertos. Aquí no ha habido una guerra, ha habido unos asesinos que secuestraban y mataban y un país que ha puesto las víctimas, todas, sin excepción, inocentes. Entre ellas muchos niños. Además, la paz exige que se conozca toda la verdad y que se respeten la memoria y la dignidad de las víctimas, y que se haga justicia, sin venganza, pero justicia. La paz no tiene nada que ver con la amnesia colectiva. ETA ha sido vencida pero su ideario y sus aspiraciones políticas están ahí, y ahora quieren disfrazarse para tratar de sacar adelante con la ayuda de algunos nacionalistas ciegos y sordos ese proyecto excluyente y totalitario que siempre han defendido y por el que han asesinado a casi 900 seres humanos.

Si ETA se sale con la suya e impone un relato histórico tan tendencioso y poco respetuoso con las víctimas habrán ganado. Y no puede suceder. En contra de lo que dice Urkullu, claro que debe haber vencedores y vencidos. Y los asesinos no deben salirse con la suya como si aquí no hubiera pasado nada o como si ETA fuera un mal sueño. No.