¿Tú te crees el CIS?
«Todas las encuestas, solo las que están bien hechas, son una foto del momento en el que se realizan»
Siempre que se publica algún sondeo del CIS suele ocurrir lo mismo. Tras unos primeros minutos de revuelo se da paso a la catarata de reacciones de políticos, asesores y comentaristas. Pero con el paso de las horas, ya en privado y fuera de los focos, las conversaciones sobre el CIS suelen empezar con la susurrante frase: “¿Cómo ves el CIS? ¿Te lo crees?”. Y es que los sondeos de esa casa, especialmente los preelectorales, generan muchas expectativas y provocan tantas frustraciones como esperanzas alimentan.
Antes de dar mi opinión sobre lo que dice el CIS y si me lo creo o no, me gustaría decir una obviedad, que es oportuno refrescar. Todas las encuestas, solo las que están bien hechas, son una foto del momento en el que se realizan. Y como este sondeo público consta de casi 18.000 entrevistas podemos hablar de una foto de altísima resolución, imbatible a todas luces, pero a un mes de la votación. Por ofrecer una referencia como orden de magnitud, el CIS ha hecho en apenas un par de semanas las mismas entrevistas que casi cualquier instituto de investigación en todo un año, por no hablar de la calidad y extensión de sus cuestionarios. Estas consideraciones quedan siempre tapadas por el bullicio mediático que provoca la estimación de voto y la proyección de escaños que realiza el centro de investigaciones.
La estimación realizada por el CIS resulta muy sorprendente por inverosímil. Viene a decir que España habría pasado en solo cinco meses de un equilibrio entre bloques muy ajustado, 43,7% de los votos para la izquierda frente al 43,2% de la derecha, a una ventaja tan espectacular de la izquierda sobre la derecha que solo encuentra precedentes en las grandes mayorías absolutas de Felipe a principios y mediados de los 80. Un vuelco sociológico de 12 puntos difícil de explicar, incluso para este bautizado como CIS campeador.
Para responder a ese “¿te lo crees?”, a la espera de poder trabajar con los microdatos, presento aquí una estimación preliminar de contraste. El modelo de estimación utilizado es un método tradicional donde el recuerdo de voto tiene un mayor peso.
– El PSOE mejoraría levemente su resultado de abril y crecería en escaños. Conseguiría superar los 130 diputados como resultado más probable.
– El PP es el que más mejoraría en términos de votos y escaños. Subiría 2 puntos y unos 15 o 20 escaños. Además, conseguiría recortar la distancia con el PSOE, pero aún se quedaría a más de 10 puntos.
– Ciudadanos perdería la condición de tercera fuerza al caer 5 puntos. Estaría luchando por no ser la quinta fuerza parlamentaria y se dejaría por el camino casi la mitad de los escaños, rondando la treintena de diputados.
– Unidas Podemos aguanta mucho mejor de lo que cabía esperar. Perdería menos de 1 punto de voto válido y en términos de escaños se quedaría con 7 asientos menos.
– VOX cuenta con la fidelidad de voto más alta de los principales partidos. Eso le permite aumentar ligeramente su voto cerca de un punto, que podría traducirse en una mejora de una decena escaños.
– Más País podría tener representación en el Congreso, pero se quedaría muy lejos de lograr los objetivos que se había marcado. Pero hay que advertir que las entrevistas comenzaron sin que se hubieran anunciado todas las circunscripciones en las que presenta candidatura.
Con esta estimación la izquierda volvería a ganar a la derecha por algo más de 3 puntos y una veintena de diputados. La clave aritmética para entender esta proyección de escaños es que el mayor cambio que se ha producido desde el 28A al 10N es la pérdida de condición de Ciudadanos como tercer partido que no era doblado en votos por el primero.
Entender bien las señales que envían los votantes de Ciudadanos es fundamental para comprender el desplome. Solo uno de cada tres se muestra leal a su voto de abril y el 50% se encuentra indeciso o desmovilizado. Lo que hemos ido viendo en los sondeos posteriores es un proceso de descomposición acelerado, en especial tras la sentencia. Este descenso abrupto se explica porque los votantes han convertido esa indecisión en infidelidad, habrían pasado del sofá a coger la puerta de la calle.
Por último, una reflexión sobre el Senado. Con esta distribución de votos la mayoría en la Cámara Alta quedaría en el aire. La distancia entre el PP y PSOE en condiciones normales sería un abismo y pensar en estropearle la mayoría al PSOE una locura, pero esta vez, con el movimiento de VOX, que solo presenta 1 candidato, esa mayoría parlamentaria podría verse en jaque. Porque muchos votantes de VOX concederán al PP las dos casillas liberadas. Por eso, el Senado será otro campo de juego en la noche electoral. Además, debemos tener en cuenta la incógnita del comportamiento del votante de Cs en esta papeleta. Se añade más incertidumbre y nuevos obstáculos para la gobernabilidad. Será un resultado ajustado que se reduce a una simple batalla entre el segundo candidato del PP y el tercer candidato del PSOE.
En definitiva, así estaban las cosas a un mes de la votación. Sabemos que se han producido cambios, más ‘intra bloques’ que ‘entre bloques’, especialmente en el de la derecha. Iremos viendo con qué intensidad. Solo queda una semana para salir de dudas.
Ah, por cierto, casi se me olvida la respuesta. ¿Me creo el CIS? Sí, me creo el CIS. Lo que no me creo es la estimación de voto ni la proyección de escaños.