Gracias, severos europeos
«La Unión Europea está toda ella luchando contra las dos enfermedades, la de salud y la económica, y se encuentra imbuida del carácter menos dadivoso de su historia»
Ha tenido que ser el periódico más serio y aburrido de Europa, la Neue Zürcher Zeitung, el que desde Suiza lanzase sus temores de que España se haya convertido en un Estado fallido al estilo de cualquier república bananera para que unos cuantos, aquí, moderen su respaldo ovino de lo que hace o deja de hacer el Gobierno Sánchez-Iglesias. Y eso justo en el momento en que remitíamos a la Comisión Europea un dizque Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (¡ah, la resiliencia y el empoderamiento!) que no es sino un corta-y-pega apresurado, que a algunos ha recordado inmediatamente el plan del propio ZP, que nos hundió en una recesión profunda. Y algunos de éstos se encuentran en la Unión Europea.
La alarma está cundiendo en Bruselas y en Estrasburgo, donde subrayan cómo el actual Gobierno español está sorteando leyes y reglamentos para actuar, o para no actuar, en medio de la doble crisis del coronavirus[contexto id=»460724″]. Y desde Alemania quieren un estricto control de las ayudas que le llegan a Sánchez, del que ya conocen su capacidad para hacer de su capa un sayo, y sabiendo que junto a él está un vicepresidente comunista que quiere acabar con el sistema constitucional español y con sus instituciones.
Vuelven recuerdos, cómo no, de la catástrofe Zapatero, y también del costoso rescate de Grecia. La Unión Europea, además, está toda ella luchando contra las dos enfermedades, la de salud y la económica, y se encuentra imbuida del carácter menos dadivoso de su historia. Esto tiene un lado peligroso, el de que nos den por un caso perdido y nos dejen caer, y un lado positivo: que, con un férreo control de sus fondos pueden frenar a Sánchez y encaminar a España hacia una sin duda muy lenta, pero más segura recuperación.
Esta toma de conciencia europea podría incluso compensar, siquiera en parte, la absorta pasividad del Partido Popular, debilitando las posiciones de la coalición en el poder –más dedicada a soltar presos etarras o golpistas que a nada, últimamente- e incluso obrando el milagro de una convocatoria de elecciones, que parece ser un factor imprescindible en una hipotética corrección del actual hundimiento de este país. Es mucho esperar, sí, pero parece que por ahora sólo de esperanza podemos seguir viviendo.